domingo, 28 de octubre de 2012

 

Carlos Blanco: ¡Otra triquiñuela más!

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Desde hace varios años Chávez anda rondando el propósito de construir una República Comunal que emergería de varias fuentes, pero fundamentalmente de sus glándulas. El señor Presidente ha dispuesto taladrarles el cráneo a los venezolanos para que se escapen los demonios del capitalismo y la bilis negra y la amarilla no sigan atormentándolos. En el hueco craneal se procederá a depositar ese conjunto de ideas de su peculiar marxismo, adquirido por transustanciación, ya que no se puede contar con alguna lectura de Marx salvo las traducciones que del dialecto revolucionario hace el camarada Giordani. También debe contarse con la ayuda de Fidel quien ahora se comunica por señas, especialmente con Elías Jaua, hábil en ese idioma.
El Poder Comunal sería el instrumento para devolver el poder a los niveles más cercanos al ciudadano; se presenta como un mecanismo para reemplazar el viejo sistema institucional; se buscaría circunvalar lo existente, mediante una apelación al pueblo en estado puro, al de abajo, al nuestro. Entonces, éste hablaría, y con su voz ronca de siglos, sentaría la palabra y la ley. Como el rey.
Esa búsqueda de la fuente prístina del poder popular es lo que mueve por estos tiempos de victoria a los rojos. “Todo el poder a los soviets” equivaldría a este catarro del siglo XXI: “todo el poder a las comunas”; mejor dicho, “todo el poder es de las comunas”. Es decir, mío.
¿PARA QUÉ EL PODER COMUNAL? En realidad, lo que busca el régimen es controlar el poder -absolutamente todo – a través de las comunas. Ya Chávez tiene el gobierno, el Estado nacional, buena parte del Estado sub nacional (el 16-D se quiere engullir el resto), y le falta completar el dominio sobre la sociedad civil a través del poder comunal. Ha avanzado en este terreno con la ofensiva general sobre la educación, los medios de comunicación, el aparato cultural estatal y privado, las iglesias, y se ha propuesto ir hasta el lugar donde está el ciudadano común: donde vive y donde trabaja.
Este propósito comunal surge por dos razones. Una de fondo y otra más coyuntural. La de fondo es que el poder comunal nacería en el marco del proceso bolivariano sin las máculas del antiguo régimen como le ocurre a las instituciones heredadas; la razón coyuntural es que los instrumentos de control existentes, principalmente el partido de gobierno -el PSUV- y la Fuerza Armada -la Milicia en lo fundamental- no han servido para ese control total, totalizante, totalitario. El PSUV no sirve porque no funciona más que con recursos del Estado, sin los cuales queda exánime; la FAN y la Milicia no sirven por las mismas razones, aparte de la fuerte resistencia institucional.
Ante esa situación, el poder comunal surgiría bajo control directo de Chávez sin tener que pasar por las metamorfosis de las instituciones que no terminan de despojarse de características de la espectral IV República. Ese poder emergería bajo el dominio y el financiamiento inequívoco del Gobierno.
Los Consejos Comunales, de Trabajadores, Estudiantiles y de Campesinos están destinados a la “solidaridad socialista”; en sí mismos no sólo representarían “el pueblo” sino que serían “el pueblo” en estado de existencia originaria por lo tanto depositarios de la soberanía ejercida en el Poder Popular.
¿POR QUÉ EL PODER COMUNAL? En la propuesta de reforma constitucional que Chávez presentó y fue derrotada en 2007, se asentaba en el Artículo 136, entre otras cosas: “El pueblo es el depositario de la soberanía y la ejerce directamente a través del Poder Popular. Éste no nace del sufragio ni de elección alguna, sino de la condición de los grupos humanos organizados como base de la población. El Poder Popular se expresa constituyendo las comunidades, las comunas y el autogobierno de las ciudades, a través de los consejos comunales, consejos de trabajadores y trabajadoras, consejos estudiantiles, consejos campesinos, consejos artesanales, consejos de pescadores y pescadoras, consejos deportivos, consejos de la juventud, consejos de adultos y adultas mayores, consejos de mujeres, consejos de personas con discapacidad y otros entes que señale la ley”. ¡Pufff… ! ¡Ahggg… !
Hagamos juntos un esfuerzo: “El pueblo es el depositario de la soberanía y la ejerce directamente a través del Poder Popular”; es decir, no es a través del Estado sino a través del “Poder Popular” y, ¿cuál es éste? No es el que “nace del sufragio ni de elección alguna, sino de la condición de grupos organizados como base de la población”. Leamos otra vez: es el que nace “de la condición de los grupos humanos organizados como base de la población”. En un despiadado esfuerzo por entender este pastiche, sería como decir: organícese; no se dé mala vida; no importa si son muchos o poquitos: ejerza el poder.
Así ocurre. Las bandas escarlata se constituyen porque les sale de sus intestinos ejercer el poder: motorizados, unidades paramilitares, pandillas para invadir propiedades, células del PSUV, y sin duda agrupaciones populares genuinas, asumen el control por la sencilla razón de ser “grupos humanos organizados” de donde emerge el “poder popular”.
¿CÓMO PODRÍA ACTUAR EL PODER COMUNAL? Este engendro no es en modo alguno autónomo sino la operación más completa y compleja para promover el control social hacia abajo y hacia adentro de la ciudadanía. Pero va mucho más allá: es la herramienta para destruir las instancias regionales, municipales y locales que la descentralización generó y cobijó. Las comunas podrían asumir la dirección de organizaciones estadales y municipales, para promover el Estado Comunal. Por su parte, el Ministerio del Poder Popular para las Comunas y la Protección Social es la contrapartida arriba, de las comunas que están abajo, y tiene entre sus objetivos formar “las redes comunales a través de la participación comunitaria, a nivel nacional.”
El artículo 103 de la Constitución señala: “Las Asambleas del Poder Popular, constituidas en las demarcaciones político-administrativas en que se divide el territorio nacional, son los órganos superiores locales del poder del Estado, y, en consecuencia, están investidas de la más alta autoridad para el ejercicio de las funciones estatales en sus demarcaciones respectivas y para ello, dentro del marco de su competencia, y ajustándose a la ley, ejercen gobierno.”
Perdone, se me olvidó decir que el artículo citado es de la Constitución de Cuba.
Chávez se propone ampliar y generalizar su intervención en el nivel más elemental de la vida ciudadana: es el círculo de hierro que excluye instituciones del viejo régimen (y del nuevo también) para establecer un control total. Para esto requieren ponerle la mano a las gobernaciones y desde allí disolverlas. Si no fuera por otras razones, votar el 16 de diciembre podría contribuir a parar esta aberración. 
www.tiempodepalabra.com 
Twitter @carlosblancog

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