miércoles, 26 de septiembre de 2012

Especial 6to Poder: Empresarios y exmilitares venezolanos vinculados con caso Navantia (Investigación)

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Miércoles, 26 de septiembre del 2012.- Un grupo de exmilitares de la Fuerza Armada Nacional Boliva­riana (FANB) y empresarios ve­nezolanos habrían sido recepto­res de aproximadamente 30 mi­llones de euros como parte de la comisión que la empresa Reba­zve obtuvo por la venta de Espa­ña a Venezuela de ocho buques de vigilancia.
Al parecer, la empresa espa­ñola Navantia, encargada de la venta, destinó 42 millones de eu­ros del contrato a pago de comi­siones. Entre los involucrados se encuentran los empresarios ve­nezolanos Juan Rafael Carvallo López y Pedro Enrique Malavé, presuntamente “vinculados” con el gobierno.
Carvallo es un empresario ve­nezolano, administrador de Re­vazbe Holding LTD, empresa en­cargada de intermediar en la ne­gociación entre los dos Estados y que fue registrada ese mismo año en Caracas. El empresario pertenecería a la burguesía ve­nezolana que ha seguido ha­ciendo negocios en la etapa del presidente Hugo Chávez, una suerte de capitalistas adaptados al régimen.
La madre de Carvallo está ca­sada con un importante aboga­do, quien estaría detrás de la compañía y la maneja sin figurar. Ella fue consultora jurídica del expresidente de la República, Carlos Andrés Pérez. Además, un primo del empresario se encuen­tra detenido en El Helicoide por el caso Econoinvest.
Por su parte, Pedro Enrique Malavé Benavides es un empre­sario venezolano, administrador de Rebazve Holding LTD. Según un diario español es dueño de “Fashion Canary Island”, una pe­luquería en las islas Canarias.
De acuerdo con la informa­ción obtenida, tanto Carvallo co­mo Malavé destinaron “grandes cantidades de dinero” a exmili­tares de la Armada de Venezuela. De hecho, otro grupo del cuerpo castrense, liderado por el exofi­cial Luis Calderón -ya fallecido-, protestó porque las comisiones no les llegaban. Contrataron a un despacho de abogados español para que reclamara su parte a Navantia, pero la empresa públi­ca se negó a abonar cantidad al­guna, porque ya habían cancela­do a Rebazve.
EL CASO
El expresidente José Luis Ro­dríguez Zapatero y el mandata­rio Hugo Chávez acordaron en mayo de 2005 que el grupo de as­tilleros público Navantia cons­truyera ocho buques de vigilan­cia para la Armada Venezolana, de los que ya se han entregado siete, al menos en Cadiz, y cuatro en la nación.
El contrato se firmó en no­viembre de ese año por un mil 207 millones de euros, pero unos días antes, Navantia firmaba un acuerdo de mediación con la empresa Rebazve Holding Ltd, por el cual la empresa cobraría una comisión del 3,5% de la ven­ta. Se reservaban casi 42 millo­nes de euros, a pesar de que eran acuerdo de Estado a Estado con la implicación directa de Zapate­ro, su ministro de Defensa, José Bono y el presidente Chávez.
Un juzgado de instrucción de Madrid mantiene imputados por tráfico de influencias y delito fis­cal a los dos comisionistas espa­ñoles, Javier Salas Collantes, úl­timo presidente del Instituto Na­cional de Industria (INI), que sa­lió del gobierno en 1996, y el que fuera su subordinado en el INI Antonio Rodríguez-Andía. Cada uno ha cobrado seis millones de euros. El INI que Salas presidió se transformó en la actual SE­PI (Sociedad Española de Par­ticipaciones Industriales), que es dueña del cien por cien del capital de Navantia.
Los implicados del caso
Hasta ahora, sólo se conocen los nombres de Javier Salas Co­llantes, de origen español y quien se desempeñó como presi­dente del Instituto Nacional de Industria (INI) desde 1990 hasta 1995. Ha ostentado diversos car­gos ejecutivos en España y es vinculado directamente al PSOE.
Con respecto al caso, Salas ha afirmado que no hay ilícito de “tráfico de influencias” que le imputa la justicia, ya que él había salido del INI 10 años an­tes de la firma de contrato. Ha­bría recibido seis millones de euros como comisión por los acuerdos navieros entre las dos naciones. El imputado justificó por estos cuantiosos honora­rios, a pesar de que era un acuerdo cerrado entre Estado y Estado, al sostener que después de la firma hay retrasos, cam­bios y problemas que la media­dora ayuda a solucionar.
Suena también el español An­tonio Rodríguez-Andía, quien era subordinado de Salas Co­llantes en el INI. También ha­bría recibido seis millones de euros como comisión por los acuerdos navieros.
Detrás de todo, la empresa Re­bazve Holding LTD firmó un contrato de mediación con la es­tatal española Navantia poco an­tes de la firma del convenio en Caracas. Por esto se otorgó el 3,5% del contrato, es decir 42 mi­llones de euros.
La postura oficial de la na­viera pública es que los comi­sionistas fueron necesarios. Es­tados Unidos intentó vetar la operación. No lo consiguió con los barcos, pero sí con una par­tida de aviones que la española CASA fabricarían e incluían tecnología estadounidense.
De acuerdo a fuentes en el ámbito jurídico, la empresa pública no debería haber pa­gado comisiones por la venta, ya que era un acuerdo entre dos gobiernos.
En Venezuela
En el país estaría implicado Luis Calderón, exmilitar ya falle­cido y su socio, Wigberto Marín, ambos con contactos con el Go­bierno venezolano, habían exigi­do una comisión a Navantia an­tes y después de la firma del con­trato de venta de ocho patrulle­ras en noviembre de 2005. La empresa se negó a pagar y provo­có fuerte malestar en altos car­gos de la Armada, ya que estos intervinieron en la operación antes que Rebazve.
Para intentar cobrar, los dos venezolanos contrataron al des­pacho madrileño Goñi Aboga­dos, decano en Derecho Maríti­mo y que trabaja para Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Además, otros nombres sue­nan, pero poco se ha encontrado sobre ellos: Mario Rivero, apelli­do que coincide con el de un im­portante militar, el excapitán de navío José Gregorio Rivero, aun­que pudiera ser casualidad.
El otro implicado sería Her­mann Eduard Baasch Wantze­lius, pero lo único que pudo en­contrarse es que su padre fue Os­car Baasch Römer y la madre de este a su vez era María Römer Kolster, emparentada con Cori­na Römer Kolster, quien se casó con Jacobo Salas Salas y como hi­jo tuvieron a Henrique Salas Rö­mer, exgobernador del estado Carabobo y fundador del partido político Proyecto Venezuela, además de Padre de Henrique Salas Feo, actual burgomaestre en la entidad.
Para Rocío San Miguel, direc­tora de la ONG Control Ciudada­no, lo que se conoce del caso es sólo “la punta del iceberg”, pues hay más de lo que se ha podido entrever, ya que la única infor­mación obtenida es la que viene importada del proceso jurídico que se lleva a cabo en España.
Los retrasos
En noviembre del año pasado el presidente Hugo Chávez apro­bó el pago de 198 millones de dó­lares al constructor naval espa­ñol Navantia, que fabrica ocho barcos patrulleros para el Esta­do. El monto correspondía al pa­go del último trimestre del año.
Al parecer, los pagos obede­cían a algunas presiones para que no se multara al Estado. Se tiene conocimiento de que en aquella época, Gilberto Mene­ses, Contralor General de la Fuerza Armada Nacional Boliva­riana (FANB) habría solicitado la asignación de recursos para can­celar los dos compromisos de 2010 y 2011 con la compañía es­pañola: uno por cuatro Patrulle­ros Oceánicos de
Vigilancia (POV) y otro por cuatro Buques de Vigilancia Litoral (BVL).
Para el momento de estas co­municaciones, por el primero se le debía a la estatal española 38 millones 840 mil euros. El retra­so en los pagos ocasiona intere­ses moratorios al 1% mensual hasta llegar al 10% del monto del contrato, equivalente a 388 mil 400 euros mensuales.
Caso Dianca
En cuanto a los BVL señalan el incumplimiento por parte de Dianca, subcontratada por Na­vantia. A los cinco contratos de mantenimiento a submarinos y fragatas misilísticas se añade el incumplimiento con la cons­trucción de los BVL a Navantia por el monto de 48 millones 889 mil 600 euros, para lo que no hay asignación presupuestaria. Me­neses urgía que se cancelaran al menos dos millones 234 mil 400 euros para que entregaran el cuarto PVL.
En el informe se exponía una serie de irregularidades que se han cometido en la ejecución de estos: los contratos suscritos en 2002 han tenido diferentes pro­rrogas que oscilan desde seis hasta 80 meses y presentan un retraso promedio de cuatro años y medio.
La ejecución física de las obras ha sido de 34%, mientras que la financiera llega al 86%. Además, tres de los contratos contemplan el mantenimiento mayor de los submarinos Sábalo y Caribe, éste último seccionado en dos par­tes y sometido a los embates de las condiciones ambientales de humedad y salinidad.
Igualmente, en noviembre de 2008, el Contralor General de la FANB remitió al Contralor General de la República, el fallecido Clo­dosbaldo Russián el Informe Defi­nitivo de Auditoría, y en respuesta recibió de la Dirección General de Control de la Administración Na­cional Descentralizada de la CGR, un informe en el que prometieron mantenerlos al tanto de las accio­nes emprendidas.
COMISIÓN DE DEFENSA
NO INVESTIGARÁ
El diputado a la Asamblea Na­cional Tomás Guanipa pidió ha­ce unos días investigar la denuncia reseñada en España, donde se asegura que exmilitares venezo­lanos recibieron “grandes canti­dades de dinero” por contrato en­tre España y Venezuela para la construcción de ocho buques patrulleros.
El acuerdo, a juicio de Guani­pa, era bilateral y no ameritaba intermediarios como sucedió. “Exigimos saber cuanto antes có­mo se invierten los recursos en gastos imitares”.
Aún así, Néstor León Heredia, integrante de la Comisión de De­fensa y Seguridad Nacional del Parlamento, descartó iniciar una investigación en la AN por el te­ma, porque es una “noticia falsa”, puesto que se trata de parte de la campaña sucia para tratar de desprestigiar al presidente Chávez en su carrera a la Presi­dencia.
Cree también que se trata de desacreditar a la FANB, pues la soberanía no es sólo la defensa te­rritorial, sino también lo es tratar de desacreditar a un gobierno que ha “mostrado tanta transpa­rencia y pulcritud en una nego­ciación clave para el beneficio del país”.
Si la oposición lleva el tema a la Plenaria será discutido, pero no conoce elemento de validez para abrir una investigación. “Son una de las tantas acciones perversas para buscar zozobra o inocular el virus del miedo, cuando nosotros estamos en contra de cualquier acto de corrupción, caiga quien caiga o venga de donde venga”.
Luis Toscano
Ltcasno@6topoder.com
Semanario 6to Poder

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