Un periódico de Argentina, el Diario Clarín,
acaba de explotar un escándalo en el que aparece involucrada una de las
dos infantas que todavía viven en la residencia Presidencial La Casona,
a pesar de que su padre, el difunto, ya no es Presidente de este país.
El 6 de julio próximo pasado, Clarín publicó: “todo un sector económico, el arrocero, sabe que hay gato encerrado en
ciertas exportaciones argentinas a Venezuela (…) En los embarques de
arroz dirigidos al país caribeño, la única beneficiada es una firma
desconocida en el sector, que vende a precios muy inflados y cuyos
dueños tienen trato directo con el ministro Julio De Vido, el embajador
Carlos Cheppi, y hasta con María Gabriela Chávez, hija del fallecido
líder venezolano”
Según Clarín, “la empresa Bioart SA, que está vendiendo arroz y
maíz a Venezuela a precios inflados, nació en 2009 (…) En los papeles
sus titulares son María Isabel y María Eugenia Vignati (…) la cara
visible es la de Roberto Vignati, su hermano mayor. El empresario, de 35
años, viajó a Caracas en febrero de 2013 en una comitiva que acompañó a
De Vido”.
Este Julio de Vido, por cierto, es muy conocido en Venezuela: su mano
derecha y asistente personal, Claudio Uberti, estaba en el mismo avión
en el que Guido Antonini Wilson llegó a Buenos Aires el 4 de agosto de
2007, con una maleta llena de 800 mil dólares que el “comandante eterno”
le había enviado a su pana Cristina para las elecciones.
Según Clarín el abogado Vignati “viaja seguido a
Venezuela y tiene muy buenos vínculos con la política local. Un mes
antes de comenzar con los embarques de arroz, en febrero, estuvo con
Cheppi y la hija de Chávez”.
El 7 de julio Clarín dijo que “Bioart SA, la sospechosa empresa que tiene vínculos con el ministro Julio De Vido,
no sólo exportó arroz a Venezuela con elevados sobreprecios. Este año
también lleva vendidas más de 40 mil toneladas de maíz hacia el país
caribeño. Esos negocios se pactaron a valores que son casi 80% superiores a los del mercado y sumaron unos 16 millones de dólares”.
Dice Clarín que Vignati hizo “su primer embarque de maíz a Venezuela el 28 de febrero pasado, apenas quince días después de haber visitado la embajada argentina en Caracas y reunirse allí con María Gabriela Chávez, la hija de Hugo, el difunto líder venezolano”
El periódico dice que “la extraña compañía acumuló embarques por
41.000 toneladas (casi 15% del total de ventas argentinas de ese cereal a
Venezuela en lo que va del año) y cobró por ellos 16.593.496,52 dólares
(…) ese maíz no valía lo que declaró la empresa sino muchísimo menos.
De acuerdo con el precio FOB oficial fijado por el Ministerio de
Agricultura, el valor real de la mercadería era de unos 220 dólares por
tonelada. Bioart SA comercializó su maíz a Venezuela con un sobreprecio
aproximado de 170 dólares. Es decir que el negocio se pactó unos 7 millones de dólares por encima de lo que correspondía”.
Por si todo eso fuera poco, “también facturó con elevados sobreprecios.
Colocó 37.700 toneladas de arroz a 606,5 dólares por tonelada, cuando
el valor real de mercado oscilaba entre los 350 y 380 dólares”.
Clarín dijo que los negocios de Bioart SA “suman
ingresos por casi 40 millones de dólares en lo que va de 2014. Pero
como los precios declarados ante Aduana están muy inflados respecto de
los reales, se estiman sobreprecios que rondan unos 15 millones”.
El diario publicó que según cancillería argentina “el 13 febrero
de 2013, Roberto Vignati acompañaba a De Vido a Caracas como
representante de la fábrica familiar de silos. Un año después, el
extraño exportador de arroz volvió al lugar y se fotografió con el
embajador Carlos Cheppi y con María Gabriela Chávez, la hija del ex
presidente venezolano”
Clarin dijo que mientras el principal responsable de
esas negociones desde 2004, el ministro Julio De Vido, se hace el
desentendido, el presidente de la Federación Nacional de Entidades
Arroceras (Fedenar), Jorge Paolini, dijo que lo que le facturaron a
Venezuela “fue un precio récord, igual al de los Guinness”.
Fedenar y la Cámara de Molinos Arroceros dijeron que el arroz que
necesitaba Venezuela cuesta 495 dólares por tonelada colocada en
Caracas. Ese precio se elevó a casi 700 dólares en los negocios que
finalmente concretó Bioart. Los 200 dólares extra por toneladas (suman
casi 8 millones de dólares). Además se detectó que Bioart exportó más de
40.000 toneladas de maíz a Venezuela, con sobreprecios.
En la red circulan fotos tomadas en la embajada argentina en Caracas
el 13 de febrero pasado, quince días antes del comienzo de los embarques
sospechosos. Allí aparecen sonrientes: Carlos Cheppi, el embajador y
hombre de confianza de De Vido, y María Gabriela Chávez, hija del ex
presidente venezolano.
María Gabriela, a quien llaman “la reina del arroz sin pollo”, se
limitó a publicar un texto en instagram: “Hablan de millones, hablan de
herencias, hablan de riquezas…y creen que ofenden con insultos. Son
seres tan básicos que no tienen idea que la riqueza más grande que
siempre me diste y que aquí me dejaste, fue tu mirada llena de amor, tu
ejemplo de grandeza y tu entrega absoluta. Te siguen atacando. Te siguen
temiendo. Y eso me sigue llenando cada día de más amor, FUERZAS y
orgullo de ti. GRACIAS POR TANTO, GIGANTE. #maisantaquesonbastantes “.
Yo sólo quiero saber 3 cosas: ¿de qué vive María Gabriela? ¿En qué trabaja? ¿Cuál es su sueldo? ¿Alguien sabe?
Miami, 11 de julio de 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario