Runrunes El Universal 08.07.2014
07/07/2014ALTO
Coyuntura roja:
¿Cómo llegamos a este instante? Sin ser experto en finanzas me atrevo
a decir que este es el momento en que seguimos definiéndonos como un
país petrolero, pero sin dólares ni opciones geopolíticas controladas
por nosotros mismos para vender a futuro nuestro único producto de
exportación. Todo luce tener nombre y apellido: el ex presidente Hugo
Chávez Frías. El dueño con una única firma de todas las cuentas de la
República. El dueño de todos los fondos. El dueño de todos los préstamos
y regalos financieros a países que nada nos aportaron. El dueño de un
gasto interno desproporcionado y orientado a soportar un ego desbordado y
unos procesos electorales mediatizados por una ideología caduca. El
dueño de las decisiones para señalar a quién se audita y quién es el
auditor, a quién se fiscaliza y quién es el fiscal. El que por
televisión repartía “millarditos” e hizo y deshizo en las decisiones de
la alta dirección del Banco Central de Venezuela. El que desde
un helicóptero ordenaría estatizar empresas, nacionalizar fincas.
Quien desmantelo todo el sistema bursátil y creó un nuevo estamento de
“banqueros oficialistas rentistas”. Quien se ufanaba de no consultar
experiencias, profesionales, líderes de prestigio pues eran todo “unos
lacayos del imperio y unos sin patria”.
En materia fiscal, financiera y económica encontramos en nuestro
parecer el área en la que identificamos la peor de la gestión pública de
este régimen. Ni en salud, ni en educación, ni en deportes, ni siquiera
en la diplomacia encontrarán los futuros analistas e historiadores
tanto fracaso como en el área financiera y económica. Todo lo contrario a
la gestión comunicacional y propagandística en la cual pudieran,
incluso, aspirar a un Premio Pulitzer, por no decir un Nobel. Pero
tampoco esto les sirvió para nada. Ya la propaganda no da para engañar
más, para esconder la ineficiencia y la corrupción que caracterizó el
mundo de las finanzas públicas de estos 15 años. Presidente Maduro, su
gestión -heredada para cosechar ahora el fracaso del proceso- será igual
o peor que la de Hugo Chávez, solo que a los efectos de “las
percepciones y apariencias” tiene el lastre un liderazgo disminuido al
compararse con “el comandante eterno”, de la perdida de jefatura única
en un colectivo de mentira aunado a la ignorancia de todo su equipo. Una
gran lástima pues al final quienes padeceremos somos los venezolanos de
a pie y, más aun, la generaciones del mañana, las que como decían en la
calle sienten que les arrebataron su futuro. Ayer escuchaba a un
dirigente democrático describir como tras 15 años de dilapidar, robar,
regalar, perder y repartir a los amigos, los frutos del oro negro con
los precios más altos de su historia, tendremos que afrontar la
inflación más alta del mundo y pagar más impuestos y mayor precio de la
gasolina para tapar el hueco fiscal de una cifra de ingresos en dólares
que llegó a tener hasta 18 ceros. Y seguimos manteniendo a Cuba como si
nada hubiera pasado. Hasta el azúcar sabe a vinagreta. La dicotomía es
La Habana o París: ¿Cosa más grande o vous parlez français?…
El guiso Cencoex:
En lo que llaman la “subasta” Sicad
Cencoex No.16-2014 supuestamente para “Materia Prima e Insumos, Sector
Textil” -bajo el pretexto de reactivar este sector tan vapuleado por
las importaciones chinas y chimbas- adjudicaron sumas importantes y
desproporcionadas a “importadoras”, “representantes”, “distribuidoras” y
hasta a una “agencia de promoción”. Las sumas no concuerdan con los
históricos de Cadivi. Industrias serias, de años de antigüedad,
comprometidas con el país y con miles de trabajadores quedaron por fuera
o les dieron migajas. Para participar, además de tener Rusad
vigente, debieron cumplir miles de requisitos, saltar trabas y colocar
enormes sumas de dinero para cubrir cada postura. De 500 empresas
participantes solo 65 resultaron “beneficiadas”. Al ver la lista y
comparar con sus asignaciones de Cadivi desde el 2004 al 2012 se ven los
rojos negocios pues algunas de las seleccionadas a dedo recibirán hasta
200 veces lo que les asignaron en esos 8 años. 19 de esas empresas
(3,8%) de ofertantes obtuvieron el 76,5% del total de $ 149.311.045,38.
El guiso es tan descarado que en el Registro Nacional de Contratistas
una sale como proveedora de mariscos y moluscos, una como agencia
publicitaria, una importadora de artefactos eléctricos y otra de
computación por solo mencionar cuatro. Otras beneficiadas nunca
estuvieron en la lista de asignaciones de Cadivi hasta el 2012. Viene
el cierre de las empresas afectadas con los pocos puestos de trabajo que
aún quedaban en un sector que hasta llegó a exportar antes de la pava
rojiverde…
BAJO
¿Orden en los guisos?:
El edificio está en Sabana Grande. Al lado estuvo la tienda Selemar.
Todos los días llegan dos o tres autobuses que transportan a unas cien
personas y allí los dejan. La misma operación se repite en la tarde
cuando los recoge. Son todos uruguayos. Pasan unos dos meses y son
reciclados por otros de sus compatriotas. Los vecinos ya saben de lo que
se trata. “Estamos fabricando la contabilidad de las muchas misiones
que financia PDVSA” señaló uno de los artífices que tras fumar y beber
con los vecinos agarró tanta confianza que le contó sus cuitas. “El
despelote de los gastos en esos grupos anárquicos que se disfrazan de
misioneros es de tal naturaleza que si algún venezolano fuera contratado
para hacer nuestro trabajo estallaría una bomba mediática” espetó con
un cigarrito en una mano y un marroncito en la otra. “Recuerde que el
gasto social de la petrolera aumentó 835% entre 2004 y 2012, cuando Alí
Rodríguez confesó una inversión de $ 123.000.000.000”. En 2013, la
petrolera estatal destinó un total de seis mil millones de dólares para
las áreas de educación, alimentación, salud, energía y asistencia
social. Un año antes, en cambio, la asignación había sido por 8.300
millones. Los recortes en 2013 llegaron al 21% siendo las misiones más
afectadas Barrio Adentro y Ribas. No hay recibos en la mayoría de los
casos. ¿Copiaste Pepe?…
Desde aquí:
Me piden por todas partes mi opinión sobre la actual coyuntura
accionaria de El Universal. Mi respuesta es sencilla, directa, propia de
mi oficio: llevo más de 52 años en una constante batalla por la
libertad de expresión y el derecho a la información. Quienes en medios
alguna vez me sugirieron alguna censura, no tuvieron la oportunidad de
hacerlo por segunda vez. Además, creo sentirme cómodo al felicitar por
esta vía a mi amigo y colega Elides Rojas por lo que a este respecto
publicó en su condición de periodista jefe de quienes colaboramos en El
Universal. En sus palabras mi posición. Sigamos pues, adelante
sintiéndonos orgullos de este oficio…
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