Nazismo, comunismo y castrismo por Luis De Lion
8 Sep 2013
En gran medida el avance actual de Europa, mucho tuvo que ver el
hecho que apenas culminada la segunda guerra mundial, se dio inicio a
los juicios de Nuremberg, procesando y condenando a los jefes de la
Alemania de Hitler. Sin embargo, transcurridos hoy 22 años desde el
derrumbe del bloque soviético, nada se ha hecho contra los crímenes
cometidos por los diversos regímenes comunistas.
Las víctimas se calculan en 100 millones de personas, 20 millones en
la antigua Unión Soviética y 65 millones en China. Ejecuciones
individuales o colectivas, represión de manifestaciones y huelgas,
torturas y trabajos forzados.
No obstante, ese mórbido balance, hoy sigue siendo cuesta arriba
establecer las evidentes analogías entre el nazismo y el comunismo.
Guardando las necesarias distancias, la hoy muy “socialista” América
Latina, en el pasado reciente fue escenario de múltiples y feroces
dictaduras militares, que igualmente persiguieron, reprimieron,
torturaron y ejecutaron a cientos de miles de personas. Hoy, la casi
totalidad de la región vive bajo regímenes democráticos, los cuales en
su gran mayoría se fueron instaurando al mismo tiempo que se iban
creando sendas comisiones investigadoras de la verdad. Fue así como se
crearon, en Argentina, la CONADEP, (Comisión Nacional sobre la
Desaparición de Personas); en Chile, la “Comisión de Verdad y
Reconciliación”; y en El Salvador, la “Comisión de la Verdad”.
En se sentido, para 1985 la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, establecía que “Toda sociedad tiene el irrenunciable derecho de
conocer la verdad de lo ocurrido, así como las razones y circunstancias
en las que aberrantes delitos llegaron a cometerse, a fin de evitar que
esos hechos vuelvan a ocurrir en el futuro.”
Así pues, el actual club que conforman los flamantes presidentes
socialistas latinoamericanos, los cuales – salvo contadas excepciones –
sufrieron el rigor de las dictaduras en sus respectivos países, parecen
haber llegado hoy a un acuerdo tácito mediante el cual, se establece que
no todas las sociedades latinoamericanas tienen derecho a vivir en
democracia.
Ese pueblo, sin derechos, ni libertad alguna, no es otro que el martirizado pueblo cubano.
El Buena Vista Socialista Club, de presidentes latinoamericanos sabe y
le consta que a lo largo de los 54 años que lleva de instaurado el
régimen de los Castro, la dimensión represiva del mismo es de tan alto
nivel, que es solo comparable con el nazismo y el comunismo que conoció
Europa, en el siglo pasado. Desde 1958 cuando se instaura en Cuba, una
ley que no existía, como lo es la de la pena de muerte, se estaba
anticipando el padecimiento al que iba a ser sometido el pueblo cubano.
En 1960 recién suspendidas las garantías constitucionales, se dictaron
en Cuba 500 condenas a muerte por fusilamiento. Así se desembocó en la
brutal guerra de Escambray que abarcó las seis provincias de la isla,
una gigantesca campaña militar nunca antes vista en Cuba, de la cual
jamás se tendrá certeza del número de muertos. Luego vino la
institucionalización de la tortura a través de los temidos Comités de la
Defensa de la Revolución. En fin, el escenario típico, de una feroz
dictadura, que persiguió y persigue, que reprimió y reprime, que torturó
y tortura y que ha ejecutado a miles de personas.
Por culpa de una encubridora solidaridad ideológica que cual
colaboracionistas practican, los presidentes “socialistas”
latinoamericanos, el pueblo cubano parece condenado a seguir viviendo
bajo una dictadura que parece interminable.
@LDeLION
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