domingo, 4 de agosto de 2013

El juego trancado – Jurate Rosales

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Uno empieza a echar de menos a Hugo Chávez y su pulseo del límite a no traspasar. Cada vez que encontraba una oposición firme, batía retirada, esperaba y luego volvía a imponer su voluntad solapadamente, sin que nadie se diera cuenta. En cambio lo rudo y frontal del discurso y actuación concatenada entre Nicolás Maduro y Diosdado Cabello es de una imprudencia que permite temer cualquier desenlace. ¿Hasta cuándo y hasta dónde el gobierno espera lidiar con una situación que pronto será insostenible?
Los hechos son más tercos que los discursos. Dólares – no hay. PDVSA fue quebrada. De allí que importaciones tampoco habrá en un país cuyo parque productivo ha desaparecido. Esas son simples verdades que no obedecen a maniobra alguna, mucho menos a amenazas, acusación y represión utilizadas para olvidar que no hay comida. Pero al igual que no obedecen a amenazas y represión del gobierno, no escuchan consejo ni palabras tranquilizantes de la oposición. En el actual momento, Venezuela es impredecible.
Las imprudencias
Cada mañana, en la capital y en muchas ciudades de Venezuela, los trabajadores amanecen con la dificultad de llegar a sus puestos de trabajo, porque en alguna vía de tránsito hay una, y otra, y otra, y otra manifestación de gente descontenta que cerró la calle o la carretera para que alguien preste atención a sus reclamos. Lo que antes era una situación ocasional ahora es una rutina casi diaria. Los que sufren de “la tranca”, por más irritación que tengan, simpatizan con los manifestantes. El chofer que padece del retardo hace tiempo que no pregunta de qué se quejan los que cerraron la vía – se da por sentado que tienen razón, cualquiera sea el reclamo.
Es que la protesta ha pasado a ser universal, y de ellas, la más significativa ha sido, la semana pasada, una manifestación chavista en Catia por los altos precios de la comida. Advertencia que el PSUV no puede dejar pasar sin sacar conclusiones.
Hasta aquí es lo que uno, sin encuestadores, observa en la calle. Pero luego vienen las encuestadoras y lo corroboran indicando una sostenida tendencia a la baja de la popularidad de Nicolás Maduro y, por ende, del partido de gobierno. Sin embargo, en vez de trabajar para apaciguar los ánimos, sorprende que, por el contrario, todo se haga desde el gobierno y el PSUV, para reprimir y provocar. Si se hace por consejo cubano, el consejero poco entiende a los Venezolanos, los gobernantes criollos deberían tener mejor criterio.
Los cálculos de cada bando
Hasta ahora, la estrategia de la oposición de Henrique Capriles y apoyada por Ramón Guillermo Aveledo era aconsejar a la paciencia, para arrinconar al gobierno con los – previsiblemente abrumadores – resultados de las elecciones para alcaldes y concejales. Unas elecciones cuya fecha ha sido demorada por el gobierno en espera de un mayor control sobre el resultado y que por el contrario, mientras más se demora, menos favorece a los candidatos del PSUV.
Las elecciones fueron fijadas para el 8 de diciembre y mientras el tiempo se acorta, el panorama para el PSUV se ensombrece por razones evidentes e insuperables: inflación y escasez. La inseguridad afecta a miles de familias que han perdido a algún ser querido, pero la ausencia de comida afecta a millones, a todo el mundo sin excepción. ¿Cuándo fue la última vez que pudo comprar carne a un precio accesible? ¿Consiguió leche fresca? Y, por cierto, ¿Qué pasó con la cerveza que desapareció del mercado? Los que plantean esas preguntas son los ciudadanos de la nación entera.
En estas condiciones, el gobierno trabaja contra reloj. Desapareció la prudencia. Increíblemente atacaron al único diputado que en sus días mozos fue buhonero y tiene un sustancial apoyo electoral en lo que era la clientela del chavismo: los más humildes de los votantes. Diosdado Cabello inició con la defenestración del diputado aragüeño Richard Mardo una secuencia que abre la vía a la inhabilitación de un fuerte candidato a la alcaldía de Maracay por un lado, y por otro permite, – al aplicar inconstitucionalmente una mayoría simple en vez de 2/3 de los votos en la AN – despojar a Mardo de su inmunidad parlamentaria y abrir el chorro de futuras eliminaciones de diputados que no gusten.
Al introducir un sistema que permite eliminar un diputado con mayoría simple, Diosdado Cabello, Presidente de la AN, podrá borrar con esa escueta mayoría controlada por el PSUV a cuanto diputado quiera, hasta garantizar la elección de los nuevos tres rectores del CNE, que también se hace en la AN y también se hace con 2/3 de los votos. La elección en la Asamblea de rectores del CNE es de primera importancia en víspera de los comicios para alcaldes y concejales.
El apremio – tienen hasta el 8-D para amarrar esas elecciones – obliga a Maduro y a Diosdado a actuar sin recato, lo cual a su vez plantea una situación de enfrentamiento directo con la oposición, que hasta ahora había planificado su estrategia dándose tiempo y contando con el resultado del 8 de diciembre.
Acusaciones y amenazas
Por alguna razón inexplicable (¿o lo explicaría el presunto destino ¿a Colombia? de los aviones operativos y con combustible que transportaba el buque norcoreano), la denuncia de un ataque aéreo de la oposición atrincherada en Colombia parece haberse desinflado.
Las nuevas acusaciones serían de magnicidio contra Maduro y Diosdado (ambos lo dicen). La norma instaurada por Stalin y seguida desde entonces por los regímenes comunistas, el cubano incluido, es crear una acusación del mas alto nivel, escoger al presunto culpable, someterlo a un juicio profusamente publicitado. Hugo Chávez asomó la patraña muchas veces, pero nunca se atrevió a seguir a pie de la letra el guión establecido de un juicio a puertas abiertas. Quizás pensaba que en Venezuela la trampa no funcionaria porque la gente tiene malicia y sacaría como conclusión que el gobierno debía estar bien mal, para recurrir a esos inventos.
La estrategia oficial
De aquí a diciembre, el plan oficial ya está claro. Poco o nada pueden hacer en materia de inflación, escasez y descontento. Así que optan por:
- Dominio creciente de los medios de comunicación. El gobierno domina en gran parte a Globovisión, fue comprada la Cadena Capriles, cierra 6to día y va por El Nacional.
- Fin de un Parlamento democrático, sustituido por el de una mayoría simple para inhabilitar a diputados opositores y Psuvistas que por alguna razón pudiesen hacerse incómodos.
- Por la misma vía del control de la AN, imposición de nuevos magistrados para el Tribunal Supremo.
- Acusaciones penales a escogidos adversarios políticos, para apresarlos y enjuiciarlos, inhabilitándolos no sólo para cargos públicos, sino impidiendo su presencia física como líderes de la oposición.
El dilema de la oposición
La visibilidad de Henrique Capriles en los medios ha sido drásticamente disminuida con la venta de Globovisión y sustituir esa visibilidad a través de las redes sociales no ha funcionado, quizás porque se reduce a una elite adicta al internet. Todavía no ha sido elaborado el sustituto suficientemente amplio, cosa factible con los actuales medios de comunicacion a través del uso extendido de los mensajes de texto por telefonía celular, único medio al alcance de todos.
Los esfuerzos para evitar explosiones violentas de la poblacion pierden efectividad a medida que arrecian las provocaciones oficiales y las penurias diarias.
A la Oposición, le será muy difícil, por no decir imposible, frenar el programa de destitución de diputados y evitar el nombramiento de nuevos miembros del CNE, favorables al gobierno. Esto a su vez, hiere la estrategia de la MUD de imponerse a través de las elecciones de alcaldes y concejales.
La oposición tiene gran dificultad para que suenen sus denuncias de los pecados del gobierno. El control oficial del sistema judicial permite al gobierno desactivar cualquier acusación grave contra Nicolás Maduro, sus gobernadores y sus ministros.
De tal manera que la MUD tiene un reto dificilísimo de superar, pero es posible que esas dificultades vuelvan a fortalecer la unidad, el único instrumento de acción efectiva que posee hasta ahora la oposición contra el chavismo.

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