El Nuevo PAÍS Primero (1º) de Septiembre de 2012
EL ANDRAJOSO CAMINO DEL ESTATISMO CUBANO, Alberto Muller.
El economista cubano explica cómo una economía controlada por el Estado, como la cubana, no puede florecer la libertad, a pesar de las "supuestas" reformas económicas.
Este viejo y andrajoso camino del estatismo aprendido del
comunismo soviético, con la represión implacable que instauró José
Stalin en la Unión Soviética y que sacrificó brutalmente a más de 12
millones de seres humanos, no puede ser el camino para resolver el desastre productivo cubano y el desánimo imperante en el corazón de los cubanos.
El hecho de que Cuba tenga que importar granos, café, viandas, arroz y hasta azúcar
para alimentar a la población, denota que la producción agrícola sigue
sin encontrar un rumbo claro de incorporación y productividad para una
economía que se debate entre la crisis y el "precipicio", según palabras
del propio gobernante (o más acertado: dictador) Raúl Castro durante el
reciente VI Congreso del Partido Comunista.
Cuba afronta una crisis económica de tal magnitud, que de acuerdo al reconocido economista Carmelo Mesa-Lago, si no profundizan los cambios y priorizan la eficiencia productiva, el país no conseguirá resolver los graves problemas económicos y sociales que la aquejan.
La gran promesa de la Ley de Reforma Agraria de 1959 -al inicio
del proceso revolucionario cubano cuando todavía el castrismo no había
enseñado groseramente sus intenciones de desviar el curso democrático de
la revolución al comunismo- de que los campesinos fuesen los propietarios de la tierra que laboraban, ha quedado sepultada por más de medio siglo de obsesión sistemática de que el Estado lo controle todo en el país, inclusive el derecho de libre expresión de los cubanos.
La reforma económica del gobernante (léase, dictador) Raúl Castro ha
resultado insuficiente para elevar el nivel de vida del pueblo cubano y
encauzar la economía de la isla hacia un desarrollo integral, según un estudio publicado por la revista católica, Espacio Laical, en La Habana.
El economista cubano, Mauricio de Miranda, autor del mencionado estudio,
afirma que "la actualización" o "reforma del modelo", como lo ha
planteado el gobierno castrista, podría no ser suficiente para
producir los cambios necesarios y lograr un mejoramiento significativo
del nivel de vida del pueblo cubano y el inicio de un proceso que
conduzca al país a una senda de mayor desarrollo económico y social.
Para alcanzar esos propósitos, dice Miranda, Cuba necesita abrir mayor espacio al mercado (el Estado controla ahora más del 90 % de la economía), y cambiar su sistema monetario, así como dotarse de un nuevo marco legal "que establezca normas claras y transparentes".
De Miranda, director del Departamento de Economía de la Pontificia
Universidad Javeriana de Cali, Colombia, suma sus apreciaciones a la de
otros cinco economistas cubanos en el libro "Cuba: Hacia una estrategia de desarrollo para los inicios del siglo XXI", cuya edición digital promociona la revista Espacio Laical.
De Miranda analiza los "lineamientos" impulsados por Raúl Castro y
aprobados por el gobernante Partido Comunista (único) en su VI Congreso,
en abril del 2011, destinados a "actualizar" el agotado modelo económico de corte soviético, vigente en la isla desde hace medio siglo.
Los lineamientos "adolecen de la precisión necesaria sobre el tipo de
medidas que se adoptarían" y "sólo se han adoptado dos decisiones
flexibilizadoras, a saber, la autorización para la compra-venta de
automóviles y de residencias", señala.
"La reforma al mecanismo de funcionamiento de la economía debe ir
orientada hacia una mayor utilización del mercado como mecanismo de
asignación de recursos bajo la regulación del Estado", señala,
precisando que "se trataría de un mercado regulado pero no controlado por el Estado".
En un sentido de justicia social, al margen del libro y los
comentarios que mencionamos,Cuba tiene la urgencia de eliminar la doble
moneda, donde circulan el peso del cubano "pobre y marginado", con el
peso convertible -equivalente a un dólar-, esta última la moneda de los
gobernantes y de los cubanos con familiares en el exterior, y establecer
un tipo de cambio único y real, que no de tantas preferencias y privilegios a una exigua minoría sobre el pueblo.
Otro problema de urgencia singular en Cuba para su economía es la baja tasa de natalidad -una de las más bajas del mundo-
que representa una bomba de tiempo, con perversas consecuencias
sociales para la isla, porque la población envejece y la joven clase
trabajadora disminuye drásticamente.
Esta incidencia negativa de la natalidad se suma a una prolongada descapitalización material y a la permanente corriente migratoria de cubanos hacia el exterior por la falta de libertad en el país. El propio gobierno cubano reconoció, que en la primera década del año dos mil, el saldo migratorio negativo de los que abandonaron el país, sumó más de 330 mil cubanos, el equivalente a casi tres años del crecimiento poblacional proyectado en Cuba.
La única solución ante esta catástrofe demográfica y productiva, que
hunde a Cuba en el peor de sus escenarios históricos, por la pobreza y
la insatisfacción que generan, es permitir que la libertad y la propiedad privada regresen a la isla con toda su dignidad y plenitud. Lo demás, SON UTOPÍAS FRACASADAS Y ANDRAJOSAS.
Comentario: La soberbia y ambición de poder de unos dictadores jurásicos que han encarcelado en su propio país a todo un pueblo, ondeando las falsas banderas de la libertad, soberanía y autodeterminación de los pueblos,
para sumir a su sociedad en un fracasado, crminal y retrógrado modelo
comunista soviético; terminarán hundiendo totalmente al pueblo cubano
mientras persistan en su empeño de no admitir el fracaso de ese modelo
egoista y asesino -privilegio de los dictadores Castro y la clase
gobernante y élite del Partido Comunista Cubano-; que se han arrogado el derecho a disponer de vidas y destinos de los cubanos.
escritoriojuridicolvpg.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario