SOBRE LA MARCHA
Por ELIDES J. ROJAS L.
Por ELIDES J. ROJAS L.
No es un superdotado. Al contrario
31.08.2013
03:56 PM
03:56 PM
A pesar de los casi 15 años que han transcurrido entre el finado y el heredero en plan de capataces de la hacienda, aunque en el segundo caso hay un batallón de gente mandando aquí mismo y desde La Habana; no es fácil entender lo que dicen los miembros de la cúpula castrocomunista que ordeña al país. Ya deberíamos tener los códigos claramente establecidos. A estas alturas deberíamos poder entender cada morcilla de discurso sin equívocos y sin malos entendidos. Pero no es así.
Es tal el enredo que mucha gente piensa que cuando Maduro comete una de sus acostumbradas loqueteras idiomáticas y mentales, lo hace a propósito, lo hace con toda la intención de colocar un tema nuevo en el debate público aunque eso le cueste puntos en su imagen de hombre culto, preparado, revolucionario estudioso y capaz de resolver los problemas de Venezuela y el mundo. Como el finado. Todavía hay gente que afirma que Chávez era un hombre preparado y que además dominaba perfectamente el inglés, como dijo un famoso entrevistador norteamericano que por sus dislates es mejor no nombrar. Es una forma de comunicar que genera confusiones, pues en el caso de Chávez le hablaba a sus pobres y a su estamento electoral. No le importaba que los ricos tradicionales o la clase media lo entendieran. Igual metía la pata hablando, escribiendo y en sus acciones públicas, pero la gente pensante de oposición le atribuía a cada pelón un peso estratégico y de inteligencia que realmente no tenía. De esa forma se ayudó a crear el mito, entre otras cosas, de que el fallecido comandante era un invencible estratega. Eso puede ser verdad, en parte. Y eso por el peso que tiene la estrategia en la formación militar. Pero muchas de sus acciones y afirmaciones venían más bien del mundo de la piratería y la improvisación. Por eso el país está en agonía y solamente medio sostenido por lo que queda de ingreso petrolero apalancado en altos precios. Si el finado hubiese dejado una obra seria y consolidada que se correspondiera con lo que se dice de su enorme capacidad gerencial y estratégica, al menos papel tualet tuviéramos. Pero no es el caso. Ni lo será. Porque el sucesor es peor. Peor por más de una cuadra.
El país anda prácticamente solo en todas las áreas. Sin un liderazgo personal sólido y una credibilidad que ni siquiera en los sectores populares lo acompaña. Por ahí, entre los más necesitados lo que sigue vivito y coleando es la necesidad de recibir las dádiva. En eso no hubo falla de los Castro. Conocen bien al país. Pero da igual quien regale la beca. Si era Chávez estaba bien y si es Maduro da igual. Lo que importa es la comida y los reales. De allí que posiblemente el caudal electoral de Maduro, mucho menor que el del fallecido, sea suficiente para seguir ganando elecciones con la ayuda de una oposición que además piensa que Maduro también es un genio de la estrategia y que jamás se le podrá ganar, así que mejor no se vota y listo. Mandado hecho.
Más que estrategia, aquí lo que impera a favor del gobierno y los piratas cubanos, es la tremenda confusión que genera en la otra parte, ahora ligera mayoría, en términos de comunicación. Eso que se escucha últimamente que las cosas que hace Maduro las hace por estrategia y bien pensadas, es parte del tremendo enredo en que estamos. La cosa es más sencilla. El pueblo, con trampa o sin trampa, puso en tan importante cargo a alguien que no tiene ni la formación ni las competencias para serlo. Y eso, así por encima, es lo que estamos viendo. No otra cosa, ni tampoco materia de estrategias de superdotados. Es al revés.
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