Aug 24, 2014
MARTA COLOMINA: Maduro: un callejón sin salida @colominaM
“Agradezco al equipo de ministros que el día
de hoy a puesto (sic) su cargo a la orden como un gesto que me facilite
los cambios necesarios”. Con ese tweet Maduro anunció que había
solicitado la renuncia a sus 33 ministros. No sabemos si también ese
“gesto” fue seguido por sus 106 viceministros y el “bojote
incuantificable de jefes de corporaciones e institutos”, de acuerdo con
la queja de José Manuel Correa en Aporrea(18-08-14),
al argumentar que “esta desmesura burocrática se ha mostrado, si no
reacia a los cambios, por lo menos incapaz de hacerlos eficazmente”.
Correa repasa la “incuantificable” lista de centros, misiones, comunas,
consejos y órganos adicionales, cada uno “con jefes y directores”. Hay
funcionarios, dice, que aparecen no menos de seis veces en diferentes
cargos: “Los que sentimos que la revolución entró en estado de sospecha
–concluye el desencantado Correa– pensamos que esta esquizofrénica
nomenclatura… lo que intenta es crear la imagen de que la élite que
maneja el poder está trabajando que jode”.
La convicción de que Maduro no da para más ha
sido asomada insistentemente por chavistas y opositores en estos días.
Hasta Schemel, encuestador del régimen, acaba de anunciar que al
“gobierno se le acabó el tiempo…la popularidad de Maduro ha bajado 18
puntos… Hay un clima generalizado de incertidumbre y malestar en toda la
población, debido a todos los problemas económicos y sociales que
atraviesa el país” y cita un maquillado 53% en desacuerdo con el aumento
de la gasolina. Otros sondeos registran hasta 73% de rechazo, unido al
cese de la “regaladera” de los más de 100.000 barriles diarios de crudo a
Cuba y fijar precios del mercado para Petrocaribe. Datanálisis publica
80,2% de calificación negativa sobre la situación del país y Delphos
encuentra que las clases más pobres culpan al gobierno de la escasez y
la inflación que sufren.
Dos signos que han acompañado los 15 años de
“revolución” –la ineptitud y la corrupción– se salieron de madre con
Maduro, además de la represión. Ya en las redes aparecen los términos
“ineptocracia” y “chorocracia” para definirlos. El “nuevo” gabinete
tendrá los enroques e ineptos de siempre y un despilfarro que desoye
clamores como el de las sociedades científicas que exigen declarar
emergencia sanitaria porque en hospitales y clínicas no hay insumos, ni
equipos y los enfermos mueren por falta de tratamiento. Han sido
aprobados créditos adicionales por 280.073.547.814 millones de bolívares
(creció 151,8% respecto a 2013) de los cuales el Minci recibió
1.443.778.418,20 para “enfrentar la guerra psicológica”, es decir, para
propaganda oficial, monto 13 veces mayor que en 2013, y así muchos casos
más. Los créditos a Pdvsa han arruinado al BCV (en julio alcanzaron
81.881 millones de dólares). Ramírez nos miente sobre Citgo y su venta,
las ganancias y producción de Pdvsa e inversiones y monto de la deuda.
Las últimas subastas del Sicad no han dado detalles sobre los
beneficiados por más de 4.000 millones de dólares y las nuevas empresas
de maletín. La corrupción sigue.
Los méritos de médicos, ingenieros,
internacionalistas, maestros y otros venezolanos han sido ignorados.
Cuba nos ha llenado de falsos médicos, China de obreros, en desmedro de
los nuestros. Bielorrusia –país más atrasado de Europa y con dictadura
feroz– anuncia que “construirá en Fuerte Tiuna 157 edificios”. Se ha
estimulado la ignorancia y la subordinación, por sobre el conocimiento y
la capacidad. El resultado lo sufrimos a diario: servicios colapsados,
hospitales agónicos, escuelas derruidas sin Plan de Alimentación, miles
de empresas y fincas quebradas por los exprópiese y la rapiña oficial,
comercios y mercados vacíos, justicia entregada al poder y delincuencia
desbordada: “Crímenes macabros estremecen Caracas” tituló este jueves El País de
Madrid. La prensa extranjera destaca la violación de los derechos
humanos en Venezuela, los privilegios de los narcos locales y el
despilfarro de los inquilinos de Miraflores y La Casona en gastos
ofensivamente lujosos, mientras el pueblo pugna en colas enormes por
conseguir un kilo de leche. Maduro anuncia la consolidación de Cubazuela:
los alimentos serán controlados por captahuellas y se hará en todos los
expendios. Y añade: “El pueblo nunca va a aceptar la liberación de
precios y de tasa de cambio”, obviando así que el BCV lleva dos meses
ocultando las cifras de escasez e inflación, porque el alza de los
alimentos habría sobrepasado el 100%. La “esquizofrénica nomenclatura”
roja ha puesto a Maduro en un callejón sin salida, como indican las
protestas locales y alarmas de riesgo económico dadas por la Dagong
china. A Maduro se le acabó el tiempo. De la actuación de tantos
millones de ciudadanos descontentos y convencidos de que el régimen y su
modelo ya no dan para más, depende el presente y futuro de Venezuela.
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