Por los cuarteles “fumea”
27 Febrero, 2013
(Por los cuarteles “fumea”. Minuta política de interpretación sobre lo que se discute en los cuarteles)
Muchos ingenuos creen que el gobiernito de Maduro determina el
grueso de sus actuaciones a partir del debate político con la inútil
oposición colaboracionista, a la que por cierto siguen pateando con
ensañamiento, porque se ganaron ese desprecio, al calcularle todos sus
intereses solo en cantidades de migajas que sigan regateando.
Nada más lejos de la realidad. Este es un gobierno basado en el fraude electoral, institucional y ahora “sobrevenido en estafador testamentario”,
que se apoya, desde diciembre, no en la personalidad avasallante de
un jefe militar, que se impuso a sus pares uniformados mediante el garrote y la zanahoria,
sino que dejó herederos civiles blandengues e improvisados que se
mantienen apenas medrando lo que queda del prestigio de inercias del
estado despilfarrador y dispensador, de toda clase de privilegios para
las cúpulas, pero que NO PUEDE, sin el caudillo que ya se marchó,
responder a las exigencias mínimas de urgente satisfacción, emanadas del
grueso de las FFAA y particularmente del ejercito, siendo la más
grave de todas nada menos que la recuperación plena de la independencia
nacional frente al coloniaje castrista.
Desde que participé en la “Comisión de Defensa como diputado de la
Constituyente” y recorrimos unas 20 instalaciones militares, para
discutir con los cuadros militares superiores como diseñar el futuro del
Estado venezolano, vi y sentí como ya no sería posible seguir
apartándolos, como antes, de las decisiones fundamentales de la
nación, Chávez gobernó 14 años, aunque fuera estafándolos, a nombre de
su participación.
Por esta razón no se negará ahora, que cuando termine el protagonismo de Chávez, en esta tragedia real o bufa, NADIE
podrá imponer que se discuta y se acepte por ejemplo, que vuelvan
los viejos privilegios del sector de la burguesía que los rojos
acorralaron en estos 14 años, pero tampoco podrán seguir en la
manguangua del saqueo de fondos públicos la nueva boliburguesía,
montada por los mismos rojos, que se hizo mixta al cruzarse con
muchos de los añejos, sobre todo banqueros y grandes importadores de
décadas pasadas, que ganaron mas millones en estos años que los
amasados y sumados en tiempos pretéritos, desde los Welsares en
1528 y cuando andaba Guacaipuro por el Valle de Los indios Caracas, hasta 1998 fecha en que empieza el poder chavista y toma cuerpo la colonización castrista.
Nadie podrá, y menos disfrazados de “progresistas”, volver a
las viejas fórmulas de representatividad, como fue el bipartidismo
asfixiante y menos que menos podrán recrearse los rasgos y
vicios que tienen en común aquel régimen de “Punto Fijo” con este
demencial experimento político del chavismo. Me refiero por ejemplo
al caudillismo, bajo su fórmula presidencialista, de ya muy
probadas consecuencias ruinosas, que por suerte está en transe de
ser sepultado por los herederos bastardos, sobre todo desde que
hicieron evidente su entreguismo a los tiranos cubanos.
En cierto sentido la consigna “NO VOLVERÁN” es
válida y tiene una fuerte carga emocional, solo que habría que
agregarle que tampoco sigan depredando los beneficiarios del propio
parasitismo del PSUV, para de esa forma hacer visible que ningún
factor político-financiero-clientelar, de los últimos 25-30 años
tendrá cabida en la dirección de la próxima etapa del país.
No se trata de arrancar con otra etapa de proscripciones, pero
deberá ser entendido que si la nación no cierra estos ciclos de
corruptelas generalizadas, sencillamente no tendremos destino como
sociedad y Estado moderno y civilizado.
No me refiero a perseguir personas o liderazgos particulares, ni
hablo de segmentos sociales, se trata solamente de determinados
grupos de interés, que habiendo acaparado poder político y financiero
determinante, resultaron gestores de grandes latrocinios y también
gestores fracasados, como segmento gerencial, que deben serán
desechados bajo el régimen que viene.
¿Alguien con elemental sindéresis puede sostener que pueda o deba
sobrevivir, por ejemplo, la mafia Ramírez de la PDVSA rojita, o las
mafias de CADIVI, de la banca pública, las mafias militares ligadas al
narcotráfico, etc.?
Aunque lo lógico y deseable es auspiciar una salida solo política y
constitucional, para la situaciones de impasse como la que padecemos,
es necesario agregar que el liderazgo sifrino de la llamada
oposición es de tal incapacidad manifiesta, que ni siquiera se
encuentran en el radar de los que propongan un cambio de régimen,
porque en esa MUD no pudieron, porque en realidad nunca quisieron,
ser una alternativa política viable para la Venezuela atascada en la
agonía del chavismo.
Por ello es que se piensa que inevitablemente se va a una etapa de
protagonismo militar, considerada como la única fuerza real que puede
intentar la cohesión de la republica en esta hora de desastres.
Analicemos entonces el escenario previo. Si es cierto, como se
dice, que hay un centenar de generales y coroneles “en sus casas” y
que otros centenares de generales “chavistas”, de las cúpulas y a la
cabeza de las FFAA, se aglomeran en ministerios, gobernaciones y
empresas del Estado, sin poder de comando, habría que preguntarse qué
es lo que harán, como actuarán, al día siguiente de anunciarse la
muerte de su mecenas y promotor y queden al garete.
Es un hecho que debajo de esas cúpulas sigue luego el segmento de
oficiales superiores y medios de decisiva cualidad castrense, unos
1500 oficiales, con más de 12 años y menos de 24 de servicio, formados
en la institucionalidad anterior, que quedarán sin tutelas de mando
único.
Es lógico imaginar entonces que la muerte de Chávez les generará, un protagonismo de improviso, aunque no lo esperen.
Finalmente viene la zafra de oficiales reclutados bajo el chavismo,
unos 14.000, sobre los que se desencadenaría la batalla ideológica, y
de control jerárquico y orgánico, para ver qué tipo de ejército
aceptarán, porque el modelo actual deberá ser sustituido por una
institución profesional no partidista. Y cueste lo que cueste deberá
iniciarse y profundizarse una escalonada depuración radical contra la
pirámide de corruptelas, expresadas en “cotos de caza”, peajes administrativos, alcabalas de coimas con comisiones escandalosas etc, etc.
Uno de los problemas más serios y de urgente necesidad de
superación viene de la herencia chavista inmediata, que generó
toda clase de reordenamientos caprichosos en las FFAA, interferidas
por líneas de mando contrapuestas, y una gran improvisación en el
manejo del apresto logístico, sobre todo al estar sometidas a las
antojadizas tareas NO MILITARES emanadas de órdenes presidenciales.
Todos tienen en común, sin embargo, el desprecio al cuerpo de la
“Milicia”, estructurada según cánones ideológicos cubanos, aunque en
lo que respecta al pie de fuerza y al liderazgo institucional, nadie
podrá discutirle al Ejército su primacía absoluta sobre el resto de las
fuerzas: la GN, la Armada, la Fuerza aérea etc.
El tema sobre el que muchos piensan y que tensa los nervios de los
que tienen responsabilidades y liderazgo, es que los desafíos son de
tal enormidad y complejidad, para imponer el desmontaje del
aparataje militar comprometido con la defensa del modelo
desnaturalizado del chavismo, que es difícil imaginarse su superación
y sustitución, sin que ocurra previamente una fractura violenta, en
particular contra los segmentos ligados a privilegios insolentes, a
prácticas delincuenciales de alta monta (narco-soles) y contra los de
ataduras a la disciplina política y chantajista del aparato de
tutela castrista cubana.
Por supuesto estos costos serán variables de acuerdo al nivel de
resistencia que puedan ofrecer, para querer imponer quedarse, y habrá
que evaluar factores como la densidad y determinación de los miembros
de la infiltración cubana masiva. Pero igual preocupan sobremanera
las zonas bajo control de las FARC, las incidencias del terrorismo
islámico, entre otros temas.
Las dudas que imagino paralizan a los oficiales de mayores
responsabilidades de un eventual protagonismo de reordenamiento
institucional armado, lo que sin eufemismos llamaremos pronunciamiento militar dictado por “Razones de Estado”,
nacen de poner por delante, como es lógico, el análisis de los
peligros reales y potencialmente catastróficos, que nos pueden llevar a
una “libanización” del país, con zonas bajo control armado o
delincuencial y/o terrorista de todos los colores, según sean las
cuerpos armados y anarquizados que dicten su ley e impongan
intereses centrífugos al poder de Estado de la republica.
De no darse ese sombrío escenario, que es la alternativa probable
ante el fracaso de un “golpe seco”, de abrupto cambio de autoridad con
jerarquía y programa de gran solvencia política y estratégica, van
quedando solo las otras opciones, que quizá sean aun peores, por
ser muy complejas de imaginar y aun mas de implementar, dado que
implican la pérdida de la independencia o nuestra amputación
territorial.
Quienes se han paseado por esas otras opciones, que eviten una
confrontación con el “stablissment cubano castrista”, les paraliza solo
pensar que está absolutamente descartado que sean viables o
“tragables”, como aquellas que van hasta agotar pacientes esfuerzos
de negociación, pagando altos precios, por ejemplo al estado chulo
castrista cubano, la gran “herencia” de Chávez, bajo la forma de una
especie de tributo por compra de paz y la repatriación no
conflictiva de sus decenas de miles de efectivos militares, milicianos
y policiales estacionados aquí.
Llega a pensarse que eso es preferible a propiciar, por nuestros
arrebatos, otro escenario aun peor, que terminaría por convertir
nuestro país en epicentro de un gran conflicto geopolítico regional y
verlo convertido en pasto fácil de apetencias territoriales de
vecinos, en medio de una abrupta debilidad de nuestro Estado
nacional, que deriven ventajas de cálculos leoninos para ellos,
tras ese eventual conflicto interno, internacionalizado.
Porque si se desencadenare un escenario bélico regional, habría
que precaverse contra la hipótesis de perder el Golfo de Venezuela
con Colombia, o nuestra gran riqueza amazónica con Brasil, que son
las presas más codiciadas que nos llevarían a una aciaga
reivindicación irrendentista permanente posterior, que nos consumiría
por una o dos décadas.
Si algo queda claro de las discusiones políticas del sector
castrense, es que en lo sustancial el chavismo no va más, por lo menos
en su gangrena castrista que hipotecó la independencia nacional.
Tampoco sigue el estatismo y el populismo que destruye las bases
económicas de un estado moderno.
Pero la llamada “Cuarta” tampoco volverá, porque fueron sus vicios
los que llevaron a la insurgencia del 4 F y al advenimiento del
chavismo.
Estamos hablando que la mayoría sensata de las FFAA, se está
planteando la necesidad de un Nuevo Estado constitucional, un nuevo
régimen que supere el caudillismo, el presidencialismo, que dé paso a
fuerzas de control ciudadano sobre las instituciones y que devuelva el
país a una senda democrática y a relaciones geopolíticas saneadas, de
tanta peste ideológica que maltrata nuestros intereses económicos y
la búsqueda de nuestros equilibrios sociales.
Se habla de un reordenamiento político, social, económico, militar,
de recuperación de la soberanía hoy hipotecada a Cuba, se quiere un
realineamiento geopolítico dictado por nuestros intereses, como nación
democrática y con vocación eminentemente pacifista y ello implica una
selección de un nuevo liderazgo que ni está en la MUD, ni en el
gobiernito de la fracción de Maduro-Jaua, entregada a los cubanos.
¿Quisiera Maduro ser un presidente real de la Republica de
Venezuela? Solo podría hacerlo ejecutando un imposible: romper
visiblemente con la tutela castrista y abrir un gran diálogo nacional
con la oposición para reconstruir institucionalmente el país, sanearía a
fondo el sistema electoral y competiría con lealtad y transparencia
con una oposición re-conceptuada con la que comparta el destino
institucional… pero si hiciera eso lo cuelgan de un poste sus huestes
fanatizadas, es explicable entonces que se conforme con que será sólo
como aquellos jefes por 9 días de la tienda SEARS, una ficción de
patrón que era un simple títere de los dueños reales… Entonces no
envidien a Maduro, el hace lo que puede pero “no se le dá” eso de ser sucesor de Chávez.
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