Justicia y charca putrefacta
Milagros Socorro
En mayo de este año, la sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, con ponencia de la magistrada Luisa Estela Morales, decidió
que no tenía competencia para conocer la demanda contra el Estado,
presentada por la directiva de la Fundación Movimiento por la calidad
del Agua y por residentes del municipio Valencia. La sentencia está en
Internet y cualquiera puede leerla. Debe leerla, más bien.
Allí están citados los argumentos que sustentan la pretensión
procesal de los demandantes, un auténtico inventario del horror, muy
bien documentado con razonamientos científicos, además de fotografías y
otros métodos de comprobación, donde queda evidenciado que el agua que
se consume en varios estados proviene de un embalse, el Pao Cachinche,
receptor final de gran parte de las aguas servidas de Valencia, sin que
se estén observando los procedimientos de purificación de esas aguas.
Naturalmente, la indolencia e ineptitud del Ministerio del Ambiente y
los Recursos Naturales, a través de Hidroven e Hidrocentro pone a estas
personas y su entorno ambiental en situación de alto riesgo. En suma, se
viola el derecho humano al acceso al agua potable y a la salud de los
tres millones de ciudadanos abastecidos por el Sistema Acueducto
Regional del Centro.
La confiscación de estos derechos está explicada allí con
minuciosidad. Y los detalles, créanme, son estremecedores: “Las unidades
encargadas de remover sólidos de gran tamaño y arenas están fuera de
servicio; el Tratamiento Secundario incluye cuatro (reactores biológicos
aerobios, de los cuales uno está completamente fuera de servicio, y los
otros tres funcionan parcialmente… cuando hay suministro eléctrico). El
embalse de Pao Cachinche ha sido convertido negligentemente en una
charca putrefacta…”.
Sin embargo, y para perplejidad del país, la respuesta del TSJ fue
declarar que ¡no tiene competencia para conocer la demanda!, además de
que la recalifica “a una reclamación por la prestación del servicio
público de agua potable y de saneamiento” y le arroja la papa caliente
al Juzgado del Municipio que corresponda.
Esto implica que se mantiene el bombeo de agua con una calidad
ampliamente cuestionada, por decirlo de alguna manera; y que continuará
enviándose a la fuente principal de abastecimiento de agua de Carabobo,
Aragua y Cojedes, hecho que viene ocurriendo desde hace mas de 5 años.
Si esto fuera poco,la desestimación de la desesperada demanda podría
suponer que a futuro se incremente el volumen de aguas de sospechosa
salubridad. Además de que se ha cercenado el derecho de los ciudadanos
de ser representados por una organización seria, en cabal conocimiento
del problema y cuya misión fundamental exigir que el agua que consumen
sea potable. No olvidar queel artículo N°1 de La Ley de Aguas señala el
objetivo de la gestión integrada de este recurso como elemento
indispensable para la vida, el bienestar humano y el desarrollo
sustentable del país.
El saneamiento del Lago de Valencia y río Pao es ejemplo del estado
crítico en materia de contaminación por la naturaleza misma de su cuenca
endorreica, por la complejidad de variables que intervienen, por los
requerimientos de inversiones, así como por la actuación de los entes
regionales y nacionales involucrados, más preocupados en hacer un frente
para protegerse mutuamente de sus propias irregularidades, abusos e
incapacidades, que de cumplir con el mandato de la CRBV, y proteger a la
población de riesgos que comprometan su salud, al consumir agua
fugitivas de los parámetros mínimos de calidad.
Pareciera que el Tren Hídrico Nacional no avanza sobre rieles sino
por un camino de piedras. Los venezolanos nos preguntamos qué ha pasado
con el Fondo Nacional para la Gestión Integral de las Aguas, ¿llegó a
crearse?, ¿sigue atrapado en una carpeta?, ¿en qué cuentas paró su
presupuesto? Y en cuanto a los reglamentos de las dos leyes que regulan
el agua, ¿existen? ¿Existen la Oficina Nacional para el Desarrollo de
los Servicios de Agua Potable y de Saneamiento (ONDESAPS) y la
Superintendencia Nacional de los Servicios de Agua Potable y de
Saneamiento? ¿Qué es de la vida del Consejo Nacional de las Aguas?
Si están tan enredados en la creación de estos instrumentos, mal
podrían echar a andar cualquier plan integral de manera eficiente,
sustentable, intersectorial, coherente e integrador. Ya no digamos
honesta y transparente.
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