viernes, 11 de abril de 2014

SOBRE LA MARCHA
Por ELIDES J. ROJAS L.


Desahogo en horario estelar

11.04.2014
01:14 PM


Como se esperaba, y por eso el nombre apropiado para estos encuentros en vez de diálogo es debate, el evento terminó siendo una jornada de espectacular desahogo, de liberación de presiones y de decirse una cuantas cosas pendientes en el tiempo. Pero, como se supone serán los próximos pasos, de diálogo concreto sobre temas concretos por ahora nada de nada. Y ese especto es justamente el difícil.

¿Qué tiene que ceder la oposición? Por lo que se escuchó basta que se queden quietos, que no protesten, que no declaren, que no frieguen la paciencia y que convivan, para que el gobierno no los meta presos o los trate como si fuesen delincuentes encorbatados. Maduro lo dijo: después de los momentos de mayor conflictividad por allá en el 2002 y 2003, la oposición se metió en el carril y, salvo algunos brinquitos rabiosos, no echó más broma y se dedico a participar en elecciones. Ese es el camino. Y eso es lo que quiere el gobierno. Una oposición domesticada, mientras el comunismo y el clan castrista hace lo que le salga del paltó.

Pero no será tan fácil. Hay demasiados problemas acumulados que ponen en peligro la estabilidad del propio gobierno, la estabilidad de la economía y de todos los venezolanos y, claro está, cientos de violaciones a la Constitución que ameritan un barajo inmediato. Y para allá, si la agenda de Aveledo está clara, es por donde deben darse los próximos pasos. Lo de este jueves fue positivo para la oposición, buen golpe mediático, lucimiento individual, una partida robada dada la incapacidad personal y grupal del gobierno para decir algo más o menos decente. Un tiro al piso desde el punto de vista político. Por eso los mediocres chavistas evitan exponerse públicamente. Por eso la evasión a debates y cualquier careo. Son malos. Y peor gobernando.

Se puede hacer una revisión individual de los voceros y, como en el boxeo, sacar a un ganador por puntos, al triunfador del la noche del desahogo:

Ramón Guillermo Aveledo. Calmado como siempre. Puntos claros y agenda expuesta. Pitcher abridor con el rol de servir la mesa y establecer el campo de acción a futuro. La agenda. 2 puntos.

Andrés Velásquez. Algo impreciso con datos y nombres, pero puntual en los planteamientos. Comienza la etapa de sacar trapitos al sol. 1 punto.

Roberto Enríquez. Cercano a la excelencia. Pedagógico, abierto y sin ánimos de agredir. 2 puntos.

Henry Ramos Allup. Una de las lenguas más poderosas de la historia política contemporánea se soltó en cadena y repartió palos a todo lo que se movía del lado rojo. En plan de ataque hizo un papel excelente. Lo mejor de la noche. 3 puntos.
  
Omar Barboza. Se preparó bien, pero se ahogó en láminas y cuadritos. Está claro que no es un presentador especialista en economía.

Julio Borges. Apegado a su estilo también destacó. También tocó con tino el aspecto económico y recordó a las víctimas. 2 puntos.

Simón Calzadilla. Aprovechó sus diez minutos asertivamente y con buen discurso. Inobjetable. 1 punto.

Juan José Molina. Le tocó un tema complicado y delicado para el chavismo. Los matones que ha visto todo el mundo menos sus dueños. Pero no convenció Molina. Mucha fotico, pero poca sustancia y datos precisos.

Liborio Guarulla. Veterano. Puntual y muy clara exposición. 1 punto.

Henri Falcón. Ecuánime, sin nervios, con carácter, preciso, con datos e información. Reclamos directos y sin titubeos. Discurso de altura. Excelente. 3 puntos.

Henrique Capriles Radonski. Si bien es cierto que no hizo temblar a Miraflores, fue evidente que esclareció públicamente los hechos y las mentiras que rodearon el 14 de abril, día de sus segundas elecciones presidenciales como candidato. Sus votantes necesitaban esa explicación. Y se las dio. Sacó de quicio a Diosdado Cabello, al igual que lo hizo Ramos Allup. 2 puntos.

El gobierno fue una total y absoluta payasada. Con decir que el mejor de todos fue Nicolás Maduro ya es bastante para sacar conclusiones. Ningún aporte, puro plomo. Es lo que saben hacer. Piratas al descubierto. 1 punto en general. Y eso por Maduro.

Pero más allá del desahogo y el golpe mediático, los próximos pasos  determinarán la suerte de estos encuentros. Necesariamente deben obtenerse logros concretos. La agenda debe lograrse. Libertad para presos políticos, verdadera comisión de la verdad, participar en la designación de nuevos poderes justos y equilibrados, reincorporación de funcionarios electos. Retomar el cumplimiento de la Constitución y reformular el modelo económico, real problema del país. Ese es el meollo del asunto. Los gritos y el desahogo valen también, pero no resuelven el problema. Eso está pendiente.

Lo que sí le quedó claro al país es que a Jorge Rodríguez le cae malísimo Andrés Velásquez, cosa que genera verdadera preocupación en las filas chavistas y provocó muchas risas pícaras en más de una cara frente al televisor madrugador.

Suerte en lo que viene.

Twitter: @ejrl

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