Desde hace un poco mas de 15 años nuestra comunicación como familia ha
ido mermando y hoy decidí enviarte este mensaje a través de estas líneas
para expresarte mi más profunda preocupación, no solo por la ruptura
que existe hoy en día en nuestra familia y muchas otras familias de
militares venezolanos, sino a su vez por el difícil momento que
atraviesa nuestra bella Venezuela.
Crecí como muchos de los hijos de tus compañeros de armas, teniendo gran respeto y admiración por nuestras fuerzas armadas y en especial por el ejército, la casa que te formó no solo como gran soldado, líder y padre ejemplar, sino también como aquel gran hombre que a diario defendió los intereses y la soberanía de nuestro país, Venezuela.
Tu disciplina, profesionalismo y gran amor por tu tropa, siempre me hicieron tener gran admiración por ti. Las historias que me contaban tus compañeros, sobre tu ejemplar carrera en la Academia Militar de Venezuela y luego en tus primeros años como oficial, mucho antes de yo haber nacido, siempre me llenaron de gran orgullo y estuvieron cargadas de grandes anécdotas y ejemplo que jamás olvidaré. Son esas las historias que compartiré con tus nietos para que nunca te olviden y se sientan afortunados de haber tenido un abuelo como tú. Un coronel ejemplar.
Hasta la fecha, me recuerdo a diario lo afortunado que fui de haber nacido y ser educado dentro de los principios de una familia castrense. Hoy en día, te debo todo lo que soy. Tus principios morales, éticos, de humildad y servicio al prójimo han sido el pilar fundamental de mi carrera como profesional. Por todo esto papá, les doy las gracias infinitamente tanto a ti como al ejército venezolano, forjador de libertades, por habernos brindado esta gran formación.
Desde tus inicios como Subteniente, arriesgaste tu vida casi de manera inmediata, luchando en contra de las intenciones conquistadoras del régimen castro comunista, cuando infiltraron focos guerrilleros en nuestro país. Luchaste día y noche literalmente, para asegurarnos a todos nosotros, que nuestra soberanía nunca sería violada, y los derechos de todos los venezolanos nunca estarían en riesgo. No sabes cuánto te agradezco todo lo que tú y tu tropa, de manera muy valiente, hicieron por todos nosotros en la montaña. Estoy seguro que hoy en día, hay muchos jóvenes Venezolanos, que no conocen esta parte de nuestra historia.
Tu amor, lealtad y respeto por Venezuela, siempre me sirvieron de gran inspiración y me hicieron valorar a diario, lo dichosos que somos todos los Venezolanos por haber nacido en esta tierra de gracia.
Hoy en día, anhelo con mucha nostalgia esos bellos momentos que nos brindaste durante nuestra infancia y formación como personas de bien. Recuerdo mis paseos al patio de la academia, mis desfiles militares y mis disfraces de soldado. El amor que siento por mi país, no es ni la mitad del que veía en tus ojos, y aun así, no me cabe en el pecho.
Recuerdo esos años en donde abiertamente, me daba un gran orgullo decir “Mi Papá es Militar”sin importar en donde me encontrara. Siempre era visto con mucha admiración, como alguien de muy buenos principios y parte de una gran familia, la familia de las Fuerzas Armadas de Venezuela.
Hoy en día reconozco, que hasta he llegado a mentir cuando en la calle me preguntan “¿Y tu Papá a qué se dedica?”
Papá, Venezuela hoy te necesita más que nunca. O como te diría tu tropa “Coronel, el clarín de la patria llama”
Nuestra patria está atravesando, por el mas frágil y quizás sangriento momento de su historia contemporánea. Nuestra soberanía ha sido violada y vemos como ayer mismo, seguian llegando mas tropa cubana a Maiquetia. Nuestras riquezas, han sido malgastadas y regaladas. El futuro no pudiera ser más incierto y tenebroso, la integridad de nuestras vidas y las de nuestros hijos, disminuyen a velocidades inimaginables.
Quienes nos han gobernado por estos últimos 15 años, tuvieron planes que ante los ojos de muchos venezolanos, eran extraordinarios. Planes como por ejemplo, acabar con la corrupción, eliminar la discriminación que existía entre clases sociales, proteger nuestra soberanía y ofrecerle a todos los venezolanos un trato digno y por igual. Creo que no pudiera haber estado mas de acuerdo con estas intenciones. Desafortunadamente estas necesidades no pudieran estar más vigentes de lo que están hoy en día.
Lamentablemente, se perdió el rumbo y le han hecho un daño tremendo a nuestro país. Daño que pasará a los libros de la historia. Nos están matando papá y están desangrando a Venezuela!
Me comprometo contigo, a continuar con la lucha de proteger a los más necesitados. A luchar y juzgar a quienes de manera irresponsable y cobarde, se adueñan de las riquezas del país. Riquezas, que nos pertenecen a todos por igual y no solo a este pequeño grupo de gobernantes inescrupulosos. Me comprometo en devolverle a mi patria, el lugar que se merece. El mismo, por el cual nuestros próceres derramaron su sangre a lo largo y ancho de nuestro territorio.
Sueño con una Venezuela de igualdad social, colmada de buenas intenciones y de venezolanos hambrientos a entregarlo todo por la reconstrucción de nuestro país. Sueño con batallones llenos de admirables oficiales listos para defender nuestra soberanía en el instante en que otros pretendan inescrupulosamente violarla. Sueño con hospitales colmados de talentosos médicos y enfermeros(as) Venezolanos(as) y con miles de profesionales y empresarios de gran convicción, entregados de lleno a sus distintas carreras. Sueño con universidades y colegios sobrepoblados de ansiosos y talentosos estudiantes, listos para comerse al mundo con su inteligencia.
Te pido tu voto de confianza Papá, es tu hijo quien te habla, ¡Ya basta! Tú y todos los demás oficiales, tienen la mayor responsabilidad de darle un parado a todo esto.
Hoy veo a quienes nos gobiernan de manera ilegitima y no dejo de preguntarme. ¿Hubiesen estos asesinos, pasado la prueba de admisión de la Academia Militar, si mi papá hubiese estado a cargo de esta casa de estudios? Luego me respondo a mí mismo “Claro que no” Le hubieras dicho en su cara “El ejército no busca traicioneros, cobardes ni farsantes, fuera de aquí”
Todos cometemos errores papá, y eso es parte del proceso. Lo malo, no es cometerlos sino ignorarlos y no dar nuestro brazo a torcer para corregirlos. Dénle un nuevo rumbo al barco, y detengan el derramamiento de sangre por el amor de dios.
Por más que lo intento, no puedo entender como tú y tus compañeros, hoy permitieron tanta injerencia de oficiales cubanos en Venezuela. ¿En qué cabeza cabe semejante indignación? ¿En qué materia de estudio, les enseñaron a ustedes a arrodillarse ante oficiales de otros países?. ¿No les da vergüenza pasar a la historia de esta manera? ¿O acaso se les olvidó que estos eran los mismos militares que te disparaban a matar en los años sesenta? Siempre me enseñaste a llevar la frente muy en alto y ser una persona de principios y moral muy alta, pero ahora estoy muy confundido, no sé bien a que te referías, sobre todo cuando veo a tantos oficiales Venezolanos arrodillados ante estos asesinos llamados “Colectivos” y la malicia de los hermanos Castro.
Te invito a que reconozcas que este modelo fracasó y es hora de sincerarnos. Sé que podrás incorporarte de nuevo a enrumbar nuestro país, de eso no tengo la menor duda. Venezuela te necesita no solo a ti, sino también a miles de militares honestos que hoy están listos para continuar dando su gran aporte a nuestra tierra, como siempre lo hicieron, apegados a nuestra constitución y a las leyes y respetando la democracia y los derechos humanos que han sido arrebatados de nuestras manos.
Solo te pido que le des una oportunidad a la verdad, a la transparencia y a la buena fe, de devolvernos nuestro país. Apriétense los pantalones papá y tengan el temple que han tenido los estudiantes en estos últimos diez días!
Sé que cuento contigo papá, no nos defraudes. Quiero poder mirarte a los ojos de nuevo, somo siempre.
Bendición Coronel.
Tu hijo.
Crecí como muchos de los hijos de tus compañeros de armas, teniendo gran respeto y admiración por nuestras fuerzas armadas y en especial por el ejército, la casa que te formó no solo como gran soldado, líder y padre ejemplar, sino también como aquel gran hombre que a diario defendió los intereses y la soberanía de nuestro país, Venezuela.
Tu disciplina, profesionalismo y gran amor por tu tropa, siempre me hicieron tener gran admiración por ti. Las historias que me contaban tus compañeros, sobre tu ejemplar carrera en la Academia Militar de Venezuela y luego en tus primeros años como oficial, mucho antes de yo haber nacido, siempre me llenaron de gran orgullo y estuvieron cargadas de grandes anécdotas y ejemplo que jamás olvidaré. Son esas las historias que compartiré con tus nietos para que nunca te olviden y se sientan afortunados de haber tenido un abuelo como tú. Un coronel ejemplar.
Hasta la fecha, me recuerdo a diario lo afortunado que fui de haber nacido y ser educado dentro de los principios de una familia castrense. Hoy en día, te debo todo lo que soy. Tus principios morales, éticos, de humildad y servicio al prójimo han sido el pilar fundamental de mi carrera como profesional. Por todo esto papá, les doy las gracias infinitamente tanto a ti como al ejército venezolano, forjador de libertades, por habernos brindado esta gran formación.
Desde tus inicios como Subteniente, arriesgaste tu vida casi de manera inmediata, luchando en contra de las intenciones conquistadoras del régimen castro comunista, cuando infiltraron focos guerrilleros en nuestro país. Luchaste día y noche literalmente, para asegurarnos a todos nosotros, que nuestra soberanía nunca sería violada, y los derechos de todos los venezolanos nunca estarían en riesgo. No sabes cuánto te agradezco todo lo que tú y tu tropa, de manera muy valiente, hicieron por todos nosotros en la montaña. Estoy seguro que hoy en día, hay muchos jóvenes Venezolanos, que no conocen esta parte de nuestra historia.
Tu amor, lealtad y respeto por Venezuela, siempre me sirvieron de gran inspiración y me hicieron valorar a diario, lo dichosos que somos todos los Venezolanos por haber nacido en esta tierra de gracia.
Hoy en día, anhelo con mucha nostalgia esos bellos momentos que nos brindaste durante nuestra infancia y formación como personas de bien. Recuerdo mis paseos al patio de la academia, mis desfiles militares y mis disfraces de soldado. El amor que siento por mi país, no es ni la mitad del que veía en tus ojos, y aun así, no me cabe en el pecho.
Recuerdo esos años en donde abiertamente, me daba un gran orgullo decir “Mi Papá es Militar”sin importar en donde me encontrara. Siempre era visto con mucha admiración, como alguien de muy buenos principios y parte de una gran familia, la familia de las Fuerzas Armadas de Venezuela.
Hoy en día reconozco, que hasta he llegado a mentir cuando en la calle me preguntan “¿Y tu Papá a qué se dedica?”
Papá, Venezuela hoy te necesita más que nunca. O como te diría tu tropa “Coronel, el clarín de la patria llama”
Nuestra patria está atravesando, por el mas frágil y quizás sangriento momento de su historia contemporánea. Nuestra soberanía ha sido violada y vemos como ayer mismo, seguian llegando mas tropa cubana a Maiquetia. Nuestras riquezas, han sido malgastadas y regaladas. El futuro no pudiera ser más incierto y tenebroso, la integridad de nuestras vidas y las de nuestros hijos, disminuyen a velocidades inimaginables.
Quienes nos han gobernado por estos últimos 15 años, tuvieron planes que ante los ojos de muchos venezolanos, eran extraordinarios. Planes como por ejemplo, acabar con la corrupción, eliminar la discriminación que existía entre clases sociales, proteger nuestra soberanía y ofrecerle a todos los venezolanos un trato digno y por igual. Creo que no pudiera haber estado mas de acuerdo con estas intenciones. Desafortunadamente estas necesidades no pudieran estar más vigentes de lo que están hoy en día.
Lamentablemente, se perdió el rumbo y le han hecho un daño tremendo a nuestro país. Daño que pasará a los libros de la historia. Nos están matando papá y están desangrando a Venezuela!
Me comprometo contigo, a continuar con la lucha de proteger a los más necesitados. A luchar y juzgar a quienes de manera irresponsable y cobarde, se adueñan de las riquezas del país. Riquezas, que nos pertenecen a todos por igual y no solo a este pequeño grupo de gobernantes inescrupulosos. Me comprometo en devolverle a mi patria, el lugar que se merece. El mismo, por el cual nuestros próceres derramaron su sangre a lo largo y ancho de nuestro territorio.
Sueño con una Venezuela de igualdad social, colmada de buenas intenciones y de venezolanos hambrientos a entregarlo todo por la reconstrucción de nuestro país. Sueño con batallones llenos de admirables oficiales listos para defender nuestra soberanía en el instante en que otros pretendan inescrupulosamente violarla. Sueño con hospitales colmados de talentosos médicos y enfermeros(as) Venezolanos(as) y con miles de profesionales y empresarios de gran convicción, entregados de lleno a sus distintas carreras. Sueño con universidades y colegios sobrepoblados de ansiosos y talentosos estudiantes, listos para comerse al mundo con su inteligencia.
Te pido tu voto de confianza Papá, es tu hijo quien te habla, ¡Ya basta! Tú y todos los demás oficiales, tienen la mayor responsabilidad de darle un parado a todo esto.
Hoy veo a quienes nos gobiernan de manera ilegitima y no dejo de preguntarme. ¿Hubiesen estos asesinos, pasado la prueba de admisión de la Academia Militar, si mi papá hubiese estado a cargo de esta casa de estudios? Luego me respondo a mí mismo “Claro que no” Le hubieras dicho en su cara “El ejército no busca traicioneros, cobardes ni farsantes, fuera de aquí”
Todos cometemos errores papá, y eso es parte del proceso. Lo malo, no es cometerlos sino ignorarlos y no dar nuestro brazo a torcer para corregirlos. Dénle un nuevo rumbo al barco, y detengan el derramamiento de sangre por el amor de dios.
Por más que lo intento, no puedo entender como tú y tus compañeros, hoy permitieron tanta injerencia de oficiales cubanos en Venezuela. ¿En qué cabeza cabe semejante indignación? ¿En qué materia de estudio, les enseñaron a ustedes a arrodillarse ante oficiales de otros países?. ¿No les da vergüenza pasar a la historia de esta manera? ¿O acaso se les olvidó que estos eran los mismos militares que te disparaban a matar en los años sesenta? Siempre me enseñaste a llevar la frente muy en alto y ser una persona de principios y moral muy alta, pero ahora estoy muy confundido, no sé bien a que te referías, sobre todo cuando veo a tantos oficiales Venezolanos arrodillados ante estos asesinos llamados “Colectivos” y la malicia de los hermanos Castro.
Te invito a que reconozcas que este modelo fracasó y es hora de sincerarnos. Sé que podrás incorporarte de nuevo a enrumbar nuestro país, de eso no tengo la menor duda. Venezuela te necesita no solo a ti, sino también a miles de militares honestos que hoy están listos para continuar dando su gran aporte a nuestra tierra, como siempre lo hicieron, apegados a nuestra constitución y a las leyes y respetando la democracia y los derechos humanos que han sido arrebatados de nuestras manos.
Solo te pido que le des una oportunidad a la verdad, a la transparencia y a la buena fe, de devolvernos nuestro país. Apriétense los pantalones papá y tengan el temple que han tenido los estudiantes en estos últimos diez días!
Sé que cuento contigo papá, no nos defraudes. Quiero poder mirarte a los ojos de nuevo, somo siempre.
Bendición Coronel.
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