SOBRE LA MARCHA
Por ELIDES J. ROJAS L.
Por ELIDES J. ROJAS L.
Lo que tocan lo destruyen
Lo que regulan se acaba
01.12.2013
05:53 PM
05:53 PM
Nicolás Maduro, informó que este lunes dos de diciembre dará a conocer nuevas regulaciones económicas relacionadas con el sector automotriz. Esto lo indicó desde la inauguración de una estación de Metro en Los Teques.
El Primer Mandatario indicó que anunciará un decreto con el cual regulará el precio de vehículos y automóviles a través de un proceso específico y que se hará con vistas a beneficiar vehículos y automóviles.
"¿Quién roba cuando un hogar de clase media, aparta unos recursos para obtener un carrito, y consiguen un vehículo usado con el doble del precio del vehículo nuevo?", preguntó Maduro.
Agregó que informará también de otros decretos.
Esta breve nota publicada en El Universal no es más que el adelanto de lo que todo el mundo sabe que pasará y que está pasando desde hace tiempo. Es una burla, en principio, pero burlarse ya es tarea diaria así que mejor seguir. Maduro sabe muy bien que gracias a las políticas comunistas de su papá muerto, en Venezuela no se producen carros. Sencillamente no hay. Y no es algo que esté ocurriendo desde hace poco. Con los controles laborales, las nuevas legislaciones y especialmente la falta de divisas, el régimen mató la industria hace tiempo. No hay manera de repatriar ganancias, tampoco hay nuevas inversiones, son mínimos los lanzamientos, casi no hay carros. Como en Cuba, la verdadera patria querida. Lo que se ve en las calles es un montón de carros viejos estirados en vida por tres razones: los pocos que se producen son muy costosos. A tan poca oferta lógico que lo mínimo que hay cueste un dineral. Pero, si por alguna razón extraordinaria, usted tiene los reales, pues le dará mucho miedo andar en carro nuevo. Lo atracan y secuestran con seguro y todo. Y en tercer término, El seguro es una ruina anual. Es como el 10% del valor del carro. Si su vehículo está valorado en 500 mil bolívares pagará de póliza alrededor de 50 mil bolívares apachurrados por año. Es decir, como mil de los innombrables. En realidad es una industria destruida, en crisis como está todo el país. Y con unas mafias sindicales catalogadas tan duras y corruptas como las de Guayana.
Parte de este negocio tiene un origen horripilantemente capitalista, en perjuicio de todo el mundo. Claro que Maduro no entrará en esta parte del juego, pues atacaría a sus propios sindicatos corruptos. La cosa es sencillamente macabra. Cada trabajador del sector tiene derecho por contrato colectivo a un carro por año. Un carro que es cada vez más costoso según la antigüedad del trabajador. El sindicato le compra los carros en efectivo a cada empleado por adelantado y cuando llega la fecha de la asignación, pues el trabajador firma el traspaso a nombre del sindicato. Este sindicato procede como todo un estafador a revender el vehículo por un precio que triplica el pagado al empleado, quien igualmente saca una buena tajada, incluso mayor que su sueldo anual. Estas extrañas operaciones son el 12% del mercado en Venezuela. Tamaña distorsión lleva a lo demás: falta de productividad, ausentismos, corrupción pareja y, ayudada por el castrocomunismo, la quiebra del sector. Miren solamente el tipo de carro que circula en la islita miserable del Caribe y corroborarán el estilacho mata país.
Todo lo que esta gente toca, muere. Toco lo que estos comunistas regulan, desaparece. Es una regla doble.
Twitter: @ejrl
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