viernes, 29 de marzo de 2013

SOBRE LA MARCHA
Por ELIDES J. ROJAS L.

Al Junquito y la Colonia Tovar en revolución

27.03.2013
10:18 AM

El gobierno de Maduro, heredero del fallecido Hugo Chávez, está dejando huellas. Ya devaluó dos veces y todavía le faltan algunos elementos de mucho peso del  paquetazo tantas veces negado. Pero eso será después de las elecciones, luego de concretar este nuevo engaño al pueblo venezolano fundamentado en el desaparecido presidente y en una silla que supuestamente le dejó de herencia.

Por lo pronto, estamos en Semana Santa a pocos días de las elecciones para sustituir al fallecido Chávez, luego de haberse hecho elegir sabiendo que estaba muy enfermo. En pleno asueto de la gente que se escapa siempre por estos días, aunque en esta oportunidad la campaña electoral sirve de telón de fondo en la playa, en las montañas o en las ciudades. A propósito, trataremos en forma seriada desde hoy varias zonas del país a modo de guía turística en tiempos de revolución; es decir en medio de la ruina cuasi cubana que ya invade todos los rincones del país. Hoy vamos con un recorrido familiar para los caraqueños, pero que debe ser objeto de cuidados extremos si no quiere que su jornada termine mal. Vamos a El Junquito y luego a la Colonia Tovar.

Trate de salir muy temprano de manera que su paseo termine temprano. Esa carretera es peligrosa, entre otras cosas por los atracos y asaltos que se producen a cualquier hora, pero con mayor incidencia en horas de la noche. Así que ni se le ocurra bajar de noche. Lo mejor es que suba por la vía nueva. Llega hasta Caricuao, de devuelve por la autopista y toma la carretera recién inaugurada que, salvo algunos derrumbes, está bastante bien. Eso sí. Siempre de día. Nunca a oscuras. Por este camino llegará a la carretera vieja un poco antes de El Junquito. Si toma la antigua carretera perderá medio carro entre los huecos y las fallas de borde.

Ya en El Junquito, si no chocó con una buseta roba-canal o se llevó a un motorizado en una curva, podrá enfrentarse con libertad revolucionaria y paciencia socialista a una buena dosis de basura, malos olores, perros callejeros, gatos abandonados, aguas negras estancadas, desechos humanos y de animales. Toda esa bonita colección adornando los restaurantes que ofrecen cochino y embutidos. Ni siquiera dentro de los restaurantes escapará de los mendigos. Están regados por todo el poblado. Algunos tirados en el suelo. Otros muestran sus llagas sin ninguna contemplación. Coma, si puede, y huya hacia la Colonia Tovar donde todo es más tranquilo, aunque tendrá que colgar el carro en una hamaca. No hay donde estacionar. Puede pasar toda la tarde dando vueltas, pero eso es parte de la aventura en tiempos bolivarianos. Antes era así, pero ahora está peor. Pero lo mejor es la carretera desde El Junquito. No encontrará más huecos, grietas, fallas de borde, derrumbes y destrucción en ninguna otra vía de Venezuela. La caravana de perros abandonados es interminable. Cuidado y atropella a alguno. Cumplido el rito de completar el recorrido por La Colonia complete su travesía bajando a Caracas, pero ya. No más allá de las 3 de la tarde. Eso sí, procure pegarse a otros carros. Mejor en fila que solos. Hacia la tarde, casi noche, es la hora de los motorizados asaltantes armados con poderosas pistolas socialistas. En medio de todo, no es tan malo que lo agarre una cola, pero de las que se mueven. Si se queda estacionado igualmente puede quedar sin celulares ni carteras.

Buen viaje, pues.

Mañana vamos a Vargas con un paso rasante por Margarita.

Twitter: @ejrl

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