Empresas básicas operan a 40% de su capacidad y elevan nómina
Las empresas de Guayana no se han convertido en la alternativa a la economía petrolera sino en un peso a las finanzas públicas. Las cifras del BCV muestran que la fabricación de metales comunes cayó 35,3% en el tercer trimestre. Ante esta situación las industrias básicas tuvieron que pedirle prestado al Gobierno central para poder pagar las utilidades a sus trabajadores
Señalan que los equipos existentes en la industria pesada de Guayana son obsoletos (Jorge Santos/Archivo)
MARIELA LEÓN | EL UNIVERSAL
domingo 25 de noviembre de 2012 12:00 AM
Trabajadores de las empresas básicas se han lanzado a los comercios de Guayana para hacer compras navideñas. Colas, bullicio, ambiente de fiesta. Este viernes pagaron las utilidades en la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y en la Siderúrgica del Orinoco (Sidor).
Antes de ese torbellino comercial, Ejecutivo y Legislativo, debieron apurar el paso y aprobar miles de millones de bolívares para cumplir con los trabajadores, con sus contratos colectivos y aquietar las protestas de las semanas previas, pues la mayoría de estas empresas genera pérdidas y no utilidades para repartir.
Autoridades del ministerio de Planificación y Finanzas y del Banco Central informaron del crecimiento económico para el período julio-septiembre, en 5,2% del Producto Interno Bruto (PIB) y del comportamiento favorable de la economía durante ocho trimestres consecutivos. Sin embargo, hay sectores fundamentales que no sólo se han mantenido rezagados sino que asumen disminuciones importantes.
El instituto emisor se refirió al despunte experimentado en la Construcción, en las Comunicaciones, y en los Servicios prestados por el Gobierno general, por citar algunos. Pero a contracorriente "la fabricación de metales comunes" - aluminio, hierro, acero- "presentó una disminución de 35,3%".
El Gobierno atribuyó esa fuerte contracción a "problemas operativos y de índole laboral". Y punto. Ciertamente esas motivaciones tienen incidencia en las industrias básicas de Guayana, pero no todo.
Cecilio Pineda, director laboral de la CVG, consideró que la suerte de ese conglomerado industrial y sus estados de resultado, responden a un conjunto de factores, entre ellos a la baja producción y a la absorción de trabajadores tercerizados.
Estas empresas, según dijo, operan a un 40% de su capacidad instalada. Y al presentar una baja producción, son reducidas las ventas (internas y externas) y pocos los ingresos. No obstante la nómina es cada vez más abultada "por las elecciones, por el hecho político".
Adicionalmente, precisó, al registrarse una merma en la producción de insumos y productos elaborados, se ha recurrido a la importación para cubrir la demanda local y son divisas que se van a otros países.
Estas fábricas, en su opinión, "cuentan con equipos obsoletos y cuyos planteles industriales no se han potenciado. En estas empresas ha habido inversión, pero no se ha destinado al mejoramiento de sus estructuras sino al gasto corriente".
Venalum, que era la empresa líder del sector aluminio y arrojaba cifras positivas, hoy opera con un 30 o 40% de capacidad. Alcasa, que reporta problemas desde hace muchos años, produce al 30% de sus potencialidades. "En estos casos", comentó, "también ha habido indecisión de las autoridades en definir el futuro de estas empresas, por cuanto hay voceros del alto gobierno que han manifestado su intención de cerrarlas y otros en reflotarlas".
A estos factores se une la designación de trabajadores a cargos gerenciales, muchos de los cuales han sido removidos. "Estas personas no son los mejores técnicos, no son gerentes; son operadores políticos".
En el correr de estos años, las empresas de Guayana, no son la alternativa a la economía petrolera sino un peso a las finanzas públicas, por cuanto "son subsidiadas por el Gobierno central". Destacó Pineda que después de la crisis eléctrica este segmento industrial "no ha logrado recuperarse".
Creo, añadió, que "bajo un esquema socialista no se le ve la rentabilidad" a esas empresas.
Justicia social
Sostuvo además el director laboral de CVG que Sidor este año, podría cerrar con una producción de 1,8 millones de toneladas de acero líquido, cuando su capacidad es de 4,3 millones de toneladas. Pero desde su nacionalización en 2008, ha incorporado a miles de trabajadores tercerizados.
Néstor Astudillo, vocero del Frente Revolucionario de Trabajadores Siderúrgicos, apuntó que el Gobierno ha "actuado con justicia social, al absorber a trabajadores que laboraban en empresas contratistas".
En 2008 la nómina de Sidor era de aproximadamente 5.600 trabajadores y hoy supera los 12.000. Explicó que anteriormente la siderúrgica cancelaba unos 15.000 bolívares a la contratista por cada trabajador, de ese total, el tercerizado cobraba 2.000 bolívares y el resto se lo quedaba la empresa.
"Ahora", confió Astudillo, "ese trabajador forma parte de la nómina fija de la acería, gana un salario básico de 4.000 y con hojas de cálculo puede llegar a 8.000 bolívares mensuales. Y goza de beneficios sociales que antes no tenía. Eso es justicia social en un gobierno revolucionario".
Antes de ese torbellino comercial, Ejecutivo y Legislativo, debieron apurar el paso y aprobar miles de millones de bolívares para cumplir con los trabajadores, con sus contratos colectivos y aquietar las protestas de las semanas previas, pues la mayoría de estas empresas genera pérdidas y no utilidades para repartir.
Autoridades del ministerio de Planificación y Finanzas y del Banco Central informaron del crecimiento económico para el período julio-septiembre, en 5,2% del Producto Interno Bruto (PIB) y del comportamiento favorable de la economía durante ocho trimestres consecutivos. Sin embargo, hay sectores fundamentales que no sólo se han mantenido rezagados sino que asumen disminuciones importantes.
El instituto emisor se refirió al despunte experimentado en la Construcción, en las Comunicaciones, y en los Servicios prestados por el Gobierno general, por citar algunos. Pero a contracorriente "la fabricación de metales comunes" - aluminio, hierro, acero- "presentó una disminución de 35,3%".
El Gobierno atribuyó esa fuerte contracción a "problemas operativos y de índole laboral". Y punto. Ciertamente esas motivaciones tienen incidencia en las industrias básicas de Guayana, pero no todo.
Cecilio Pineda, director laboral de la CVG, consideró que la suerte de ese conglomerado industrial y sus estados de resultado, responden a un conjunto de factores, entre ellos a la baja producción y a la absorción de trabajadores tercerizados.
Estas empresas, según dijo, operan a un 40% de su capacidad instalada. Y al presentar una baja producción, son reducidas las ventas (internas y externas) y pocos los ingresos. No obstante la nómina es cada vez más abultada "por las elecciones, por el hecho político".
Adicionalmente, precisó, al registrarse una merma en la producción de insumos y productos elaborados, se ha recurrido a la importación para cubrir la demanda local y son divisas que se van a otros países.
Estas fábricas, en su opinión, "cuentan con equipos obsoletos y cuyos planteles industriales no se han potenciado. En estas empresas ha habido inversión, pero no se ha destinado al mejoramiento de sus estructuras sino al gasto corriente".
Venalum, que era la empresa líder del sector aluminio y arrojaba cifras positivas, hoy opera con un 30 o 40% de capacidad. Alcasa, que reporta problemas desde hace muchos años, produce al 30% de sus potencialidades. "En estos casos", comentó, "también ha habido indecisión de las autoridades en definir el futuro de estas empresas, por cuanto hay voceros del alto gobierno que han manifestado su intención de cerrarlas y otros en reflotarlas".
A estos factores se une la designación de trabajadores a cargos gerenciales, muchos de los cuales han sido removidos. "Estas personas no son los mejores técnicos, no son gerentes; son operadores políticos".
En el correr de estos años, las empresas de Guayana, no son la alternativa a la economía petrolera sino un peso a las finanzas públicas, por cuanto "son subsidiadas por el Gobierno central". Destacó Pineda que después de la crisis eléctrica este segmento industrial "no ha logrado recuperarse".
Creo, añadió, que "bajo un esquema socialista no se le ve la rentabilidad" a esas empresas.
Justicia social
Sostuvo además el director laboral de CVG que Sidor este año, podría cerrar con una producción de 1,8 millones de toneladas de acero líquido, cuando su capacidad es de 4,3 millones de toneladas. Pero desde su nacionalización en 2008, ha incorporado a miles de trabajadores tercerizados.
Néstor Astudillo, vocero del Frente Revolucionario de Trabajadores Siderúrgicos, apuntó que el Gobierno ha "actuado con justicia social, al absorber a trabajadores que laboraban en empresas contratistas".
En 2008 la nómina de Sidor era de aproximadamente 5.600 trabajadores y hoy supera los 12.000. Explicó que anteriormente la siderúrgica cancelaba unos 15.000 bolívares a la contratista por cada trabajador, de ese total, el tercerizado cobraba 2.000 bolívares y el resto se lo quedaba la empresa.
"Ahora", confió Astudillo, "ese trabajador forma parte de la nómina fija de la acería, gana un salario básico de 4.000 y con hojas de cálculo puede llegar a 8.000 bolívares mensuales. Y goza de beneficios sociales que antes no tenía. Eso es justicia social en un gobierno revolucionario".
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