jueves, 3 de octubre de 2013


SOBRE LA MARCHA
Por ELIDES J. ROJAS L.
Bienvenido Calixto Ortega. La patria agradece el sacrificio
03.10.2013
10:17 AM

Desde hace meses viene Maduro advirtiendo que en este mes que apenas comienza se producirá un hecho en el país que removerá la tranquilidad y la paz que caracteriza la vida de los venezolanos en revolución. Y más en esta versión del proceso castrocomunista, denominado por la banda local como bolivariana y bolivariano, dependiendo del contexto de género que corresponda.


Y no es que las múltiples fuentes de información de Maduro hayan recibido una información precisa sobre el acontecimiento nefasto que llevó a despedir del país, previa declaración de personas no gratas, a tres funcionarios diplomáticos de Estados Unidos con la respectiva respuesta recíproca del imperio, la cual permite que Calixto Ortega regresa a su casa y  deje de hacer ese inmenso sacrificio que significa para un comunista serio y blindado ideológicamente como Ortega, el desgraciado hecho de vivir en el imperio. Debe ser realmente terrible para alguien que odia el capitalismo, que espera que el capitalismo explote en el mundo, que trabaja justamente para dinamitar al imperio, tener que vivir en el corazón político del enemigo. Vivir en Estados Unidos ya es bastante carga emocional para alguien como Calixto Ortega y las dos comunistas de segunda que también despidieron de allá. Lo más terrible debe ser levantarse en Washington, salir de la casa bien equipada que no es de la Misión Vivienda justamente, meterse la mano en el bolsillo y constatar que se tiene un fajito de cochinos dólares en el lado derecho del pantalón. Qué desgracia. Demasiado para un comunista. Y todo eso después de desayunar completo con huevos, salchichas y hasta cereales si fuese de su gusto. Luego, el poderoso café, previa ida al baño y tener desde crema dental hasta papel toalet. Una verdadera desgracia todo eso y más cuando se trata de alguien que comparte perfectamente uno de los dichos más conocidos del finado: desnudos y sin empleo con Chávez me resteo. Claro que las circunstancias han obligado a cambiar al fallecido por Maduro, pero el sacrificio es el mismo.


Una tortura. Realmente admirable el sacrificio de Calixto Ortega y las dos comunisticas que lo acompañaban en esa dura vida en medio del más cochino de los capitalismos. Lo peor para Ortega era caminar por las avenidas amplias y limpias de Washington. Pasearse en las tardes por esos parques inmensos, llenos de jóvenes trotando o simplemente acostados en la grama sin miedo a que les roben el celular. Qué desgracia. Qué capacidad de sacrificio. Y hay más cosas qué considerar a la hora de colocar a Calixto Ortega y a sus colegas comunisticas en el altar de los titanes del sacrificio. Ortega tenía que ver monumentos y memoriales a diario regados por todas partes. Que si Lincoln o más allá al propio Washington en mármol. ¿Cómo hacía Calixto Ortega para resistir tanto?  ¿Cómo hacía para vivir sin sentirse rodeado de humo sucio y motorizados malandros? ¿Cómo hacía para sobrevivir tan lejos de su amada revolución y la cochinera en que han convertido al país?


Pero tranquilos. No todo es tan malo. Ya Maduro hizo lo necesario para que Calixto Ortega vuelva a caminar por la avenida Urdaneta junto a las comunisticas despedidas de EEUU y viva directamente, sin las porquerías del imperio atravesadas, la buena vida de un revolucionario que de verdad está comprometido con Marx, Lenin, Fidel y hasta el Ché Guevara.


Bienvenidos. Allá no tenían patria. Aquí sí.


Twitter: @ejrl

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