SOBRE LA MARCHA
Por ELIDES J. ROJAS L.
Por ELIDES J. ROJAS L.
Extraña forma de diálogo
20.06.201312:07 PM
Cuando Maduro y el resto de los
herederos del finado comandante decidieron arrancar las reuniones con el
sector privado, comenzando por el emblemático Lorenzo Mendoza y las
poderosísimas Empresas Polar, estaban dando una señal muy clara, pero
que podría tener dos significados: O estaban pasando apuros y
necesitaban tiempo para salir del problema o, la menos probable, que de
verdad estaban pensando en hacer un gobierno distinto al del presidente
muerto. Veamos hacia dónde apunta la cosa.
El propio Maduro, el ministro de Finanzas, otros ministros y gran parte
del personal gerencial de los despachos tiene al menos un mes
reuniéndose con empresarios, inversionistas, banqueros, gerentes
generales de empresas trasnacionales, representantes de gremios, gente
de empresas medianas. Se busca abrir la represa de las divisas para que
el sector privado pueda retornar a la normalidad precaria de producción,
frenada desde al año pasado por falta de divisas, pero bien bombardeada
y amenazada desde hace 14 años por el finado y su combo. Lo que se ha
dicho de esas reuniones es que van por etapas. Hasta cuatro veces se han
encontrado con el mismo sector o la misma empresa y las conversaciones
evolucionan así. Primera reunión: el funcionario pregunta a la empresa
cuál es su situación y qué necesita. Segunda reunión: las empresas
entregan un informe al funcionario donde explican cuáles son sus
problemas fundamentales. Tercera reunión: el funcionario admite que hay
inconvenientes y se compromete a resolver a la brevedad. Cuarta reunión:
el funcionario le pide a los empresarios un diagnóstico de su
operación. Quinta reunión: el funcionario pide otro diagnóstico. Y así
sucesivamente. El plan de acción, con el cronograma de ejecución, no
aparece. Sin eso ninguna empresa seria se compromete a nada. Al menos de
verdad. Mareo puro.
Conclusión técnica: ha mejorado algo la entrega de divisas vía Cadivi,
pero sigue siendo insuficiente para medio normalizar operaciones. Es
necesario un mecanismo alterno tipo subasta, Sicad o paralelo. La
verdadera conclusión: el gobierno está quebrado. Se rumbearon todos los
dólares y está seco. De tanto regalar y derrochar llegó al extremo de no
contar con dólares suficientes para mantener la producción privada
andando y tampoco para seguir importando alimentos como lo venía
haciendo. Es decir; fracasó la modernidad y se impuso la cubanización. Y
si hay intención de rectificar, entonces no hay real. Mal pronóstico.
La otra opción, la que afirma que el gobierno necesita tiempo para salir
del rollo y luego continuar con su comunismo, parece la más cercana a
la verdad. Maduro y los cubanos no han dado ninguna señal seria que
indique un viraje violento de políticas. Al contrario el discurso es el
mismo. Más comunismo, más centralización, más controles y más ruina. Los
ministros son los mismos que van de un ministerio a otro. De hecho, por
ejemplo, algunos son unos reverendos fracasados como es el caso del
ministro de Tierras, quien viene de arruinar groseramente a Agroisleña,
rebautizada Agropatria, convertida en otra empresa chupa dólares. El
comunismo está ahí. Muy pirata, lleno de choros e improvisados, pero es
el camino e inspiración de este gobierno operado por los Castro.
El colapso parece ser la verdadera opción.
Twitter: @ejrl
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