Del caos general a las comunas
04.11.2012
01:08 PM
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En La Guerra Civil en Francia (1871), Carlos Marx, explica los logros de la comuna de París y precisa que perfectamente pueden ser la base de un gobierno revolucionario. Es así como para el marxismo la comuna es una modalidad de organización social y política que puede servir de transición, durante la primera etapa del comunismo. Es pues, la fase de comunas, ni más ni menos que el socialismo. Las comunas, por tanto, son el planteamiento marxista para atacar y contrarrestar las distintas formas de gobierno de la burguesía. Este sencillo y superficial resumen es el boceto de los objetivos de Hugo Chávez y su clan comunista.
Para el chavismo está establecido en todos sus planes de instauración del castrocomunismo en Venezuela. Desde el Nuevo Mapa Estratégico pasando por el Plan Bolívar 2007-2013 o el último, el que ilustraron con la cara de micomandante como de 30 años y los dientes chamo de 20, llamado Propuesta del candidato de la patria, comandante Hugo Chávez, para la gestión Bolivariana Socialista 2013-2019. No hay nada oculto, pues, por parte del líder intergaláctico. Por más que se tongonee siempre se le ve el bojote, diría él mismo sobre él mismo. Un comunista rajado, pero en un país que no cuadra. En un país donde el billete, la caña, el relajo y el caos son las disciplinas fundamentales. Y micomandante lo sabe. Por eso compra votos sin pena. Sabe que no hay ningún socialismo en la cabeza de nadie, salvo Fidel y la cuerdita que le sigue la chequera al amo de Venezuela.
Si en el país hubiese conciencia socialista no habría necesidad de operaciones remolque con la Guardia Nacional, motorizados y consejos comunales arreando gente a punta de amenazas. Tampoco tendría que comprar votos entre 500 y mil bolívares tísicos ni amenazar con quitarles las misiones o con despidos a trabajadores públicos. Los militantes revolucionarios irían solitos a cumplir con el sagrado deber de mantener en el poder a su líder, a su familia y a todo el clan que los domina.
De allí la gran preocupación por el empeño de micomandante en volver este desorden de país que en 14 años ha perfeccionado todas sus mañas al punto de que los malandros son los que mandan en las calles, los motorizados son los que mandan en las avenidas y los policías secuestran y matraquean. La gente orina en la calle, el CNE, como los demás poderes públicos, no respetan ni leyes ni reglamentos o donde una jueza dicta sentencia ajustada a Derecho termina presa sin saber cuándo ni cómo terminará su juicio. El caos y el desorden absoluto. Un país donde el gobierno se alza y decreta límites para que las licorerías vendan aguardiente, pero los fiscales cobran una millonada para dejarlas vender hasta las horas que quieran. La Guardia Nacional y el Ejército arrastran votantes en camiones del las FAB y el presidente se ausenta del país sin decirle nada a nadie o firma decretos desde Cuba. Un país donde el Ejecutivo estima el precio de petróleo en 55 dólares por barril con la sana intención de quedarse con los otros 50, de manera que el presidente administre esos dólares de manera directa y sin vigilancia. Un país donde el Banco Central le presta plata a Pdvsa para que pueda seguir operando o, en medio de la pelazón, imprime dinero inorgánico cada vez que Chávez se lo pide.
En ese contexto vienen las comunas. El Estado Comunal. Chavistas manejando a la base popular y al dinero de la base popular. La robadera será de marca mundial. Pero de eso hablaremos otro día. Sin duda, el final, la inviabilidad, del país está más cerca cada día.
Twitter: @ejrl
Para el chavismo está establecido en todos sus planes de instauración del castrocomunismo en Venezuela. Desde el Nuevo Mapa Estratégico pasando por el Plan Bolívar 2007-2013 o el último, el que ilustraron con la cara de micomandante como de 30 años y los dientes chamo de 20, llamado Propuesta del candidato de la patria, comandante Hugo Chávez, para la gestión Bolivariana Socialista 2013-2019. No hay nada oculto, pues, por parte del líder intergaláctico. Por más que se tongonee siempre se le ve el bojote, diría él mismo sobre él mismo. Un comunista rajado, pero en un país que no cuadra. En un país donde el billete, la caña, el relajo y el caos son las disciplinas fundamentales. Y micomandante lo sabe. Por eso compra votos sin pena. Sabe que no hay ningún socialismo en la cabeza de nadie, salvo Fidel y la cuerdita que le sigue la chequera al amo de Venezuela.
Si en el país hubiese conciencia socialista no habría necesidad de operaciones remolque con la Guardia Nacional, motorizados y consejos comunales arreando gente a punta de amenazas. Tampoco tendría que comprar votos entre 500 y mil bolívares tísicos ni amenazar con quitarles las misiones o con despidos a trabajadores públicos. Los militantes revolucionarios irían solitos a cumplir con el sagrado deber de mantener en el poder a su líder, a su familia y a todo el clan que los domina.
De allí la gran preocupación por el empeño de micomandante en volver este desorden de país que en 14 años ha perfeccionado todas sus mañas al punto de que los malandros son los que mandan en las calles, los motorizados son los que mandan en las avenidas y los policías secuestran y matraquean. La gente orina en la calle, el CNE, como los demás poderes públicos, no respetan ni leyes ni reglamentos o donde una jueza dicta sentencia ajustada a Derecho termina presa sin saber cuándo ni cómo terminará su juicio. El caos y el desorden absoluto. Un país donde el gobierno se alza y decreta límites para que las licorerías vendan aguardiente, pero los fiscales cobran una millonada para dejarlas vender hasta las horas que quieran. La Guardia Nacional y el Ejército arrastran votantes en camiones del las FAB y el presidente se ausenta del país sin decirle nada a nadie o firma decretos desde Cuba. Un país donde el Ejecutivo estima el precio de petróleo en 55 dólares por barril con la sana intención de quedarse con los otros 50, de manera que el presidente administre esos dólares de manera directa y sin vigilancia. Un país donde el Banco Central le presta plata a Pdvsa para que pueda seguir operando o, en medio de la pelazón, imprime dinero inorgánico cada vez que Chávez se lo pide.
En ese contexto vienen las comunas. El Estado Comunal. Chavistas manejando a la base popular y al dinero de la base popular. La robadera será de marca mundial. Pero de eso hablaremos otro día. Sin duda, el final, la inviabilidad, del país está más cerca cada día.
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