El Nuevo PAÍS
A LA ESPERA DE DOS VELORIOS
Carlos Alberto Montaner
En este extracto de un amplio artículo publicado en la revista mexicana Letras Libres, el autor señala que la revolución cubana y el "curioso engendro" bolivariano cuelgan de dos precarios hilos: Uno es la muerte de Fidel Castro y el otro es la muerte de Hugo Chávez .
En el verano del 2006, el panorama cubano cambió cuando los intestinos de Fidel Castro, aquejados de divertículos, entraron en crisis y por poco lo matan. Literalmente, se rebelaron y estallaron. Fidel se convirtió en expresidente con poder de veto real, dotado de un magullado ano artificial.
Irónicamente, en el verano del 2011 su discípulo Chávez, con sólo 57 años, pasaría por un episodio parecido, pero mucho más grave. Se trataba de un cáncer, aparentemente desarrollado en el colon y fatalmente extendido a otros órganos y zonas de su organismo.Según los expertos, incluidos Dan Rather y el presidente del Banco Mundial, morirá a corto plazo.
En otras palabras, los planes del Socialismo del Siglo XXI, acaudillados por Chávez y bendecidos por Fidel Castro, quedaban abocados a desaparecer como consecuencia de la muerte cercana de sus dos únicos protagonistas.
En efecto, tras la muerte de Chávez, cualquiera que ocupe Miraflores, incluso si se trata de un chavista, entenderá que la subordinación a Cuba y la entrega de cuantiosos subsidios a esa Isla carece totalmente de sentido. ¿Porqué ? Por varias razones:
Primero: No se trata de un pacto entre Estados o entre partidos, sino un vínculo personal surgido de las peculiares realaciones entre dos caudillos. Esos nexos no son transferibles. Quien herede a Chávez no heredará el terror de Chávez a sus compatriotas.
Segundo: Para Hugo Chávez, inseguro e ideológicamente errático, ponerse en manos "de los cubanos" tal vez tenía cierto sentido práctico.Fue en esa alianza donde encontró alguna seguridad para sustentar su gobierno. Para su heredero, estas relaciones de dependencia carecen de sentido y no agradecerá la presencia en el país de un servicio de inteligencia exztranjero espiando a los venezolanos.
Tercero: Es posible que Cuba, en una primera fase, se convierta en el gran elector del sucesor de Chávez, pero la consecuencia oculta de esa decisión es que habrá media docena de venezolanos importantes, dotados de capacidad para intrigar, agraviados por la excluyente decisión de La Habana. Esos venezolanos preteidos por los Castro serán una fuente permanente de agitación.
Cuarto: Los venezolanos, chavistas y antichavistas, son nacionalistas y les irrita que unos extranjeros se conviertan en los grandes árbritos de la política nacional. Cualquier líder (insisto: chavista o antichavista) que esgrima la causa nacional frente a la injerencia extranjera, tendrá un fuerte apoyo de las masas y el gobierno cubano no tendrá la menor posiblidad de evitarlo.
Quinto: Hay dos maneras de que un poder extranjero ejerza su dominio sobre otra nación, como ocurre en la Venezuela de Hugo Chávez: Una de ellas es porque existe un caudillo todopoderoso que lo permite y estimula. La otra, como sucedía en los países satélites de la URSS, porque el Ejército Rojo era capaz de aplastar cualquier expresión de independencia, como sucedió en la Alemania comunista en 1953, en Hugría en 1956 y en Checoslovaquiaen 1968 durante la "Primavera de Praga". Cuba, especialmente bajo Raúl Castro, no tiene la fuerza, la capacidad o la voluntad que se requiere para ejercer ese papel imperial. Cuando le digan que se vaya tiene que comenzar a empacar inmediatamente.
Sexto: La manera más sencilla de ponerle fin al oneroso trato económico dado a Cuba es exigir que la Isla pague sus deudas. Al fin y al cabo, es así como los chinos se relacionan con la dictadura, Es posible que Pekin tenga simaptías ideológicas, pero los negocios son los negocios.
Séptimo: Cuando se produzca el fin del subsidio venezolano a Cuba, miles de cubanos tendrán que regresar a su país.Algo parecido ya sucedió a principios de los noventa con varios millares de estudiantes y trabajadores que vivían en la URSS y en otros países comunistas que abandonaron el sistema. Muchos optaron por quedarse en Europa y, poco a poco, la mayor parte logró emigrar a Estados Unidos. Es presumible que un buen número de los cubanos que están en Venezuela elegirá quedarse en el país y cortar las amarras con Cuba, librándose así de una relación de semiesclavitud, dado que el amo cubano alquila sus súbditos al patrón venezolano y en la transacción La Habana se queda con el 85% del precio de ese alquiler.
Cuando tal cosa ocurra y Cuba sufra la pérdida del inmenso subsidio venezolano, para los cubanos será como un déjá vu. La sociedad volverá a principios de la década de los noventa, cuando la URSS eliminó su ayuda a la Isla y el consumo disminuyó un 50%. En ese punto, deberá decidir si continúa insistiendo en el disparate comunista de partido único, dictadura policiaca y planificación estatal, o si acaba de enterrar de una vez ese "perjudicial engendro". Si su hermano está vivo, problablemente vete los cambios que el país necesite. Si ya ha muerto, tal vez (nadie puede asegurarlo) se imponga el sentido común.
Comentario: Lo único que Fidel Castro ha demostrado a través del más de medio siglo de dictadura comunista, es su inmensa habilidad para "la mentira, la manipulación ideológica y el chuleo", a favor de la clase dirigente comunista privilegiada (el Buro del Partido Comunista Cubano lo conforman 1500 funcionarios), quienes han sido el soporte de semejante infamia y tortura del sufrido pueblo cubano, por la ambición personalista de un decrépito dictador, que sólo la muerte, le hará cejar en su empeño desalmado de hacer daño con su fracasada revolución.
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