domingo, 28 de octubre de 2012

Aquì se opina  28/10/2012


La Declaración de Caracas
Entre los resultados desapercibidos de las pasadas elecciones del 7-O estuvo el nacimiento de la Coalición “Independencia y Progreso”. Esta asociación es una federación de grupos que une a diferentes organizaciones y ciudadanos, asesorados por expertos electorales, dispuestos a luchar por unas elecciones auténticas en Venezuela
Carlos Julio Peñaloza
 Entre los resultados desapercibidos de las pasadas elecciones del 7-O estuvo el nacimiento de la Coalición “Independencia y Progreso”. Esta asociación es una federación de grupos que une a diferentes organizaciones y ciudadanos, asesorados por expertos electorales, dispuestos a luchar por unas elecciones auténticas en Venezuela

. La pasada elección demostró falencias graves que permiten sospechar la existencia de un fraude electoral continuado, evolutivo y multifactorial. Este hecho impulsó a la coalición “Independencia y progreso” a publicar un documento denominado la “Declaración de Caracas”. En esta carta abierta a los venezolanos emitida el 25 de agosto del 2012 el grupo expuso que:
 
“Se intenta eternizar una tendencia política de vocación totalitaria que busca consolidar su hegemonía bajo el disfraz de una democracia participativa y protagónica. La estrategia ha consistido en apoderarse de los poderes públicos, uno a uno, para inicialmente neutralizarlos y luego controlarlos.
 
Por citar los más notorios, esta fuerza política controla al Poder Judicial y al Poder Legislativo, controla a PDVSA, controla gobernaciones, alcaldías, institutos autónomos, la mayoría de los medios de comunicación y parte importante de las Fuerzas Armadas. Ese dominio de los poderes públicos ha sido posible gracias al control del organismo del que depende su falsa legitimidad: el Consejo Nacional Electoral.
 
A través de una secuencia programada de elecciones basadas en la manipulación de las reglas, el CNE se ha ocupado de legitimar en cada elección al régimen, y de paso, mantener su reputación de sociedad libre. De esa manera sostienen la falacia de que estamos en el país más democrático del mundo, cuando la verdad, es que vivimos sometidos a una dictadura avalada por la legitimidad electoral que producen las elecciones controladas.”
 
Luego de conocer los motivos que unen de esta asociación decidí unírmele para apoyar sus esfuerzos ante el Leviatán electoral anti democrático que tenemos al frente. Mi modesto aporte ha sido una idea que sin pretender ser original constituye un adelanto en esta lucha: promover un referendo consultivo para volver al voto manual y eliminar los capta huellas. Ese será el primer paso de un largo camino cívico que debemos recorrer para detener al monstruo que intenta adueñarse de Venezuela. El adversario es muy fuerte y hace uso ventajista de todos los poderes del Estado para mantener su hegemonía. Hay que atajar este caudillo que empobrece al país, no solo económicamente, sino en materia política y lo que es peor, en asuntos de unidad nacional.
 
Los planteamientos de la “Declaración de Caracas” fueron entregados a Armando Briquet antes de las elecciones, pero fueron ignorados. Este comando asesorado por el Grupo La Colina siguió adelante con el mismo plan que condujo a la debacle de Manuel Rosales terminando de la misma manera. El 7-O Henrique Capriles antes de terminar la votación y sin haberse revisado las actas de verificación ciudadana que formaban parte del proceso de control establecido decidió aceptar antes de tiempo los resultados presionado por sus asesores. Esta actitud dócil puso en evidencia el “síndrome del candidato sumiso” que había definido previamente en uno de mis escritos titulado ”Historia de dos Casandras” que publiqué poco antes de las elecciones.
 
Despues de desaparecer por mas de una semana, Juan Mijares el gerente general del Comando Venezuela y director del grupo “La Colina” bajó del olimpo. Ahora deberá explicar lo inexplicable: ¿Porque no se hizo la auditoria ciudadana prevista antes de “susurrar” al oído de Capriles que claudicara?.
 
El consejo de La Colina esa noche fue terriblemente dañino para el candidato. El susurro fatal se oyó en toda Venezuela: “Perdimos y no hay nada que hacer. Concede derrota de inmediato. Declara que no hubo fraude y que el sistema electoral funciono perfectamente.” Este “experto” le había dicho lo mismo a Manuel Rosales en el 2006 y como premio lo dejaron en su cargo en la MUD por un período mas para que repitiera su hazaña. Su palabra fue ley para Capriles y Briquet. Los resultados están a la vista.
 
Algo huele mal en La Colina. Es hora de relevar a este grupo que se ha enquistado en la MUD legitimando acciones ventajistas del CNE y desmoralizando a los candidatos para que obvien revisión de los resultados sin hacer las auditorias ciudadanas correspondientes y sin oír las propuestas de los seguidores. La oposición clama por una explicación y por acciones para evitar estas acciones en el futuro.
 
Es hora de unirnos o al menos apoyar a la coalición “Independencia y progreso” en su lucha por devolvernos el voto manual, la democracia y el país. El 7-O perdimos una batalla, pero la guerra continua, será larga y difícil. La democratización del CNE es el camino pacífico para ir equilibrando los poderes públicos, y así colocar al país en una agenda democrática de desarrollo nacional con justicia social y libertades plenas. La declaración de Caracas es un campanazo en esta dirección. A ella le uno mi invitación a todos a votar unitariamente para defender nuestras gobernaciones y conquistar el 16D nuevos espacios democráticos.
 
 
Carlos Julio Peñaloza
 
@superconfirmado
 
 





 

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