sábado, 13 de abril de 2013

SOBRE LA MARCHA
Por ELIDES J. ROJAS L.

 

El barranco que deja el gigante

13.04.2013
01:46 PM
Dos proyectos de país se confrontan mañana. De hecho ya tienen 14 años haciéndolo y hasta ahora ganan los hermanos Castro, aunque disfrazando sus verdaderas intenciones en función de una Constitución que no cumplen y que más bien usan para impulsar la toma absoluta del poder, como lo hizo el difunto y para perpetuarse allá en la silla, hasta que los huesos digan nos vamos.

Las propuestas de Capriles son bien conocidas. Si bien no hay un plan de ataque violento que agreda más a la gente, se trata de un proyecto gradual que poco a poco dará resultados tangibles, salvo en aquellos puntos que sea necesario corregir de inmediato. Por el lado del oficialismo, donde compite Maduro, el sobrevenido,  quien ya dijo que resolverá los temas que más impactan a la sociedad después de 14 años de su propio gobierno acompañando al fallecido con más de la receta de Chávez, pues es la promesa que le hizo allá Cuba, ¿dónde más? En ese sentido bien vale la pena recordar cuál es el mal que dejó el gigante con el título de legado. Como dicen los castrocomunistas: el legado del gigante. Pero recordar el mal que construyó el líder de la revolución mundial con absoluta paciencia y paso a paso durante casi tres lustros es una cosa, pero lo más importante es cómo piensa afrontarlo Maduro en medio de este ataque de estadista que atraviesa duramente por estos días. Más allá del estilo personal que incluye los estados Margarita y Cumaná, pero también prevé mover al estero de Camaguán para Apure, los planteamientos del ungido van por el mismo riel del causante. Es decir, más de lo mismo. Veamos.

Inseguridad.  Esta es fácil. Saldrá el plan 20, 21, 22, y 23. Más Guardias Nacionales para las busetas y reuniones con los malandros para humanizar el hampa. Mientras tanto corran por sus vidas.

Inflación. Más receta cubana. Control de precios, control de la distribución y, claro, faltas y fallas de productos. El resultado de esta merengada comunista no es otra que precios altos por falta de oferta. Así  que corran por sus bolsillos.

Desempleo. Números maquillados. Sin promover la actividad privada cada vez habrá menos empleos y más recogidos en becas y misiones de migajas. Eso sí, las estadísticas perfectas. No más de 7% de desocupación y, claro está, más de la mitad de la fuerza laboral del país echada en las aceras vendiendo películas piratas y cosméticos colombianos falsificados. Así que corran por sus churupos.

Construcción de viviendas. Esta también está fácil. Más acuerdos, más intermediación, más corrupción y las casas proyectadas no rinden. No hay para todos y menos si las que hay se las asignan a las novias y queridas. Así que corran por sus techos.

Falta de divisas. Esto es más Giordani y más Merentes. Más Cadivi y más Sicad. Esto se traduce en no hay, no hay y no hay. Y quiebras a granel. Las empresas están boqueando y si no hay cambios importantes en esta materia será inevitable el colapso. Así que corran por sus ahorros y trabajos.

Producción petrolera. Ramírez lo que hace es amenazar, pero sabe ciertamente que PDVSA ya no es la misma de hace años. Es una empresa en franca decadencia, endeudada e incapaz de llegar a 3 millones de barriles. Si el precio cae, el desastre. Así que corran por su estabilidad emocional.


Producción agrícola. El difunto comenzó con la expropiadedera acompañado de sus ministros pistoleros. Maduro seguirá sin duda con la línea de su pajarito. Luego, como debe ocurrir, el agro seguirá en picada y la importación creciendo. Así que corra por su harina y sus caraotas.

Producción industrial. Este sector es de gloria. La administración castrocomunista ha logrado la desaparición de más de 5.000 empresas. El ungido no sabe ni dónde está parado más allá de que Chávez vive y que Chávez es mi padre. Así que corran por su batería para el carro o su papel toilet reusable.

Infraestructura o transporte. Huecos, ni una carretera nueva, apenas terminaron algunas que ya venían de otros gobiernos. El ejemplo es el metro de Caracas, casi destruido o los demás metros del país que quedaron o mochos o en proyecto. Así que corra por la vida del tren delantero de  su carrito.

Algo es seguro. Ni Maduro ni los Castro podrán con esta inmensa torta. Lo mejor es salir corriendo, pero a votar.

Twitter: @ejrl

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