miércoles, 12 de diciembre de 2012

SOBRE LA MARCHA
Por ELIDES J. ROJAS L.


Y la realidad está aquí

12.12.2012
07:08 PM
Nicolás Maduro, el nuevo jefe del proceso revolucionario venezolano dijo anoche en cadena nacional que "La operación del día de ayer fue una operación, compleja, difícil, delicada, lo cual nos dice que el proceso postoperatorio va a ser también complejo y duro". Palabras clave para entender todo lo que ha venido ocurriendo desde hace muchos meses.


Lo primero es que hubo un fraude gigantesco perpetrado por la cúpula del chavismo, los cubanos y el propio Hugo Chávez. Siempre supieron que estaba mal y que el cáncer que se admitió en el año 2011, si es que esa es la fecha verdadera, no venía con intenciones de rendirse fácilmente. Por eso fijan octubre para las elecciones, para complacerlo y hacer cumplir su voluntad: será presidente otra vez, ganará las elecciones como pueda, se retirará invicto y luego vendrá lo inevitable. Si el chavismo ha sido fraudulento en muchísimas cosas, en esta se les fue la mano. Chávez llegó a decir que estaba curado, que en sus exámenes no aparecían rastros de células malignas y que además formaría un club de presidentes que habían superado la terrible enfermedad. Todo fue mentira. Y, lo peor, es que el mismo Chávez y su clan diseñaron un plan, junto a los cubanos, que la información no fluyera y así poder concretar la estafa a la nación. Ganar unas elecciones con un candidatopresidente que no podría cumplir ni una sola palabra de lo que estaba prometiendo. Bailes, lágrimas, confesiones de que no puedo caminar, mareos y casi desmayos en público, carrozas, apariciones esporádicas y muy cortas. Brinca brinca con los cantantes que lo acompañaron, declaraciones de médicos sumisos como aquella que dieron los tres chiflados en el Hospital Militar para desmentir al sorpresivo doctor Navarrete. Mucha coba, mucho teatro. Todo con el único fin de engañar a los chavistas, engañar a los votantes. Engañar a todos. ¿Qué sentido tuvo todo eso? ¿Para qué sometieron a Chávez a ese tremendo esfuerzo, de guapos hay que decirlo, para que al final entrara en esta lamentable situación? ¿Para qué los cubanos lo obligaron a lanzarse otra vez cuando también sabían, y mejor que todo el mundo, que la enfermedad de Chávez no tenía remedio? ¿Por qué Chávez aceptó meterse en este empujón suicida en vez de dedicarse a tratar su enfermedad como Dios y la ciencia mandan?


Las respuestas están alrededor de tres palabras: ambición de poder, intereses económicos bestiales y, claro, la necesidad de montar todo un aparataje para engañar a chavistas y no chavistas. Y funcionó. Hasta estos días funcionó. Ya, estas alturas, el mismo ministro Villegas no puede ocultar que es posible que Chávez ni siquiera pueda asumir el nuevo mandato el 10 de enero de 2013.

Así llegamos a estos días en que una nueva operación coloca las cosas en punto irreversible, incluso de gravedad actual y, en el mejor de los casos, con fecha límite para lo peor. El diagnóstico está hecho y bien lo sabe el clan de los chavistas, hoy metidos en caras tristes, llorando sin disimulo en público, haciendo lastimosas cadenas y convertidos en beatos de misa y rezo, cuando son unos comunistas chapados a la antigua, a lo Sierra Maestra.


Y por encima de todo son unos estafadores. Esta historia de Chávez pasará a la misma historia como uno de los fraudes más inútiles, costosos y delictivos cometidos contra pueblo alguno.


Hace apenas 15 días sus caras de fiesta y discursos demagógicos no hacían siquiera sospechar la gravedad del líder. De hecho hoy todavía hay gente que no lo cree. Pues, otra vez, la realidad está aquí.


Véanla. Esto no admite propaganda.


Twitter: @ejrl

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